No se cuando realmente me pondré las pilas para no dejar esto solito tanto tiempo, pero desde luego, de lo que no nos podemos olvidar es del ranking que teníamos entre manos. Hay que terminarlo, se tarde lo que se tarde. Recordemos que se trataba de médicos, matasanos y batas blancas en general, un subgénero que, con su drama, su tensión y sus romances hospitalarios siempre ha dado mucho juego en la pequeña pantalla. Y de momento, si me lo permitís, vamos a seguir con un clásico del género, Urgencias, que estuvo en pantalla la friolera de 15 temporadas, y marcó un hito en la televisión de los 90. Uno de sus personajes más queridos de los introducidos al principio, al menos para mí, era el doctor Mark Greene, interpretado por el actor
Anthony Edwards. Al inicio de la serie, en la que permanecería durante nada menos que 8 temporadas, Mark Greene es el jefe de urgencias del hospital County General de Chicago, donde el drama médico tiene lugar. Es hijo de una familia judía no demasiado practicante. Su padre, de profesión militar, pasaba mucho tiempo fuera de casa, y él siempre estuvo mucho más unido a su madre. Siendo joven, Mark se casó con la que había sido su primer amor y novia del instituto, Jennifer, con quien tuvo una hija, Rachel, que tendrá un importante papel en la serie. Sin embargo, su matrimonio se romperá más adelante, debido a que ambos dedicaban más tiempo a su trabajo que a su relación, y Rachel se marchará a vivir con su madre, aunque regresá de cuando en cuando a visitar a su padre. Su divorcio dará lugar a una etapa un tanto tumultuosa en la vida de Mark, con problemas personales y laborales, y relaciones inestables con varias mujeres que se romperán rápidamente. Finalmente, en la temporada 5, Mark conoce a la cirujana británica Elizabeth Corday, con quien inicia de nuevo una relación estable. Se casará por segunda vez y de nuevo será padre de una niña, Ella. Poco después, Mark perderá a su madre Ruth, que fallece por complicaciones de la edad. Más adelante, su padre, David, enferma de cancer y él le trae a vivir con su nueva familia, teniendo así la ocasión de recuperar el tiempo perdido y mejorar su relación antes de que sea demasiado tarde. Mark después descubre que padece un grave problema de salud: un tumor cerebral difícilmente operable. Se somete a una cirugía que, contra todo pronóstico, sale bien, y le proporciona un año más de vida. En ese año, su hija mayor, Rachel, regresa a vivir con Mark, Elizabeth y su hermanita Ella, alegando que tiene problemas en la relación con su madre. Sin embargo, parece ser que la joven se esta rebelando, y tiene problemas de consumo de drogas. Esto se descubre debido a un grave incidente, que esta a punto de convertirse en tragedia cuando la pequeña Ella ingiere éxtasis que Rachel tenía escondido. Tras ese incidente, su madrastra, Elizabeth, no la quiere en la casa familiar, y se marcha a un hotel con la niña. Sin embargo, regresará junto a Mark cuando se descubra que su tumor ha vuelto, esta vez, peor que nunca. Mark se somete durante algunos meses a tratamiento con quimioterapia. Pero al ver que no va a curar su enfermedad, y que solo va hacer que pase sus últimos días débil y sufriendo, decide abandonarlo. Evocando un recuerdo de la infancia, viaja entonces a Hawaai con su hija mayor, Rachel, la cual esta superando sus problemas con las drogas. Tienen así la ocasión de pasar juntos las que serán las últimas semanas de la vida de Mark. Allí, en Hawaai, el muere tranquilamente, en paz, mientras se queda dormida escuchando esta misma canción que ahora pongo.
Será su esposa Elizabeth la que avise de su fallecimiento a todo el mundo. A su funeral, acuden todos sus antiguos compañeros del County General. Rachel, por su parte, parece haber reparado su relación con su madrastra, y le pide a Elizabeth si algún día podrá ir a visitarlas, y a ver a su hermanita Ella, a lo cual ella consiente encantada. Mark Greene volverá a aparecer, pero no en un regreso momentáneo como muchos otros que dejaron la serie estando con vida, sino que, evidentemente, al haber fallecido, se le verá en un flashback. En el último capítulo de la serie, su hija, Rachel, solicitará plaza en el County General para sus prácticas, puesto que ha decidido seguir los pasos de su padre y ser médico ella también.
Y poco más decir del personaje. A mi me parecía un hombre bueno y encantador, la típica buena persona, y me resultaba bastante majo cuando veía la serie. Cuando me enteré de como decidieron terminar su trama, con una enfermedad tan dura, me enfadé un poco. Pero parece ser que la decisión fue del propio actor, que quería abandonar la serie por otros proyectos para no encasillarse. Normal, después de tanto tiempo, uno se debe cansar. Y además, es perfecto que se utilice a su hija argumentalmente no solo como fuente de conflictos, sino como alguien que, al final, continua su legado, rindiendo así homenaje no solo al padre, sino a todos los personajes iniciales de la serie, que, en ese punto, ya la habían abandonado. Es un buen cierre, el perfecto broche de oro. Para terminar, decir que a Anthony Edwards le hemos visto en películas como Top Gun o El Cliente, y que también ha producido varias pelis para la televisión. Y nada más por hoy. Aquí me despido. Espero volver prontito, lo prometo, aunque tengo cosillas que hacer. Pero también tengo entradas interesantes planeadas, así que, a ver que pasa. ¡¡Besotes!!
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