Balcón primorosamente decorado con flores y velas en Pedraza
Velas en Pedraza, julio 2014
Minion simpático disfrutando del veranito, jajaja
Fotico a la salida del Aquopolis
Aquí os dejo algunas de las fotos que hice en Pedraza, que compartí en Facebook pero no en el blog. Preciosas, ¿verdad? Del Aquopolis no hicimos muchas fotos, ya que los móviles descansaron todo ese día en las taquillas. La verdad es que para mí un verano sin catar el agua, ya sea la playa o la piscina, no es un verano. El Aquopolis de Villanueva de la Cañada es enorme, y tiene cantidad de toboganes y atracciones, lo mejor es que tiene de las que me gustan: las medianitas, emocionantes para mí pero que no imponen tanto como los toboganes grandes tipo el Kamikaze. Creo que se disfruta más un parque si tiene ese tipo de atracciones en las que puede subir todo el mundo, niños, mayores, o gente como yo que quiere y le gusta atreverse con emociones pero le da cosilla subirse a lo más grande. Así que pasamos un día divertido, tirándonos por los toboganes y remojándonos (la nueva atracción Waikiki Jungle mola muchísimo, la verdad) Además, hasta practicamos idiomas. Venía con nostros Bass, un amigo holandés de Alicia que no habla español, así que en inglés con él, por supuesto. Pero es que en la fila de muchas de las atracciones coincidíamos todo el tiempo con un papá alemán que iba con los dos nenes, rubitos como un pollito. Hablaba muy bien inglés, pero me atreví a decir alguna cosilla en alemán. Fíjate, nunca sabes donde puedes practicar idiomas, y el verano también es ideal para eso, bien saliendo fuera, o bien con la gente que viene a un destino turístico bastante apreciado como es España. Lo único malo de los parques acuáticos son dos cosillas: una, que el día se te va en las colas para montarte. Otra, que el suelo quema que es una gozada, te abrasas los pies esperando y subiendo las cuestas hasta los toboganes, pero claro, no te vas a poner las chanclas si te vas a tirar, es tontería. En fin, que pasamos un buen día y nos divertimos. Y ayer tocó sesión de adrelina en Cercedilla, en el parque Aventura Amazonia. Nunca había ido a un sitio de estos, y os voy a explicar un poco lo que es. A ver, el parque tiene seis circuitos integrados en el bosque, circuitos con distintos juegos de obstáculos a superar, y tirolinas, con distintos niveles de dificultad, como podéis ver en su página. Yo la verdad es que hice los que se consideran "fáciles"... ¡¡Pero no me lo parecieron!! Estaré floja de forma física, tal vez, y eso que he mejorado, pero lo admito. No tengo un buen fondo físico, ni mucha resistencia. Esos circuitos fueron más que suficiente para mí. Había obstáculos que me resultaron complicados, como la pared de escalada transversal que me salté bajándome, o esos trapecios que me costaron un montón... ¡¡pero lo hice, jajaja!! Conseguí a partir de ahí terminar el resto del circuito Jungla, y pasé a otro más facilito, el Explorador. Eso era otra cosa, ahí si que los obstáculos eran más de mi nivel, o sea, un poco más facilitos. Lo completé enterito. Me sentí orgullosa de ello, y de haber hecho también el otro un poco más complicado. No os imagináis lo que me costaron esos trapecios, madre, jajajaja. El resto de circuitos si que los vi muy difíciles para mí y no los hice, ni Bass tampoco, hicimos juntos el facilito. Alicia y su prima, que nos acompañaba, sí, pero ellas son más deportistas. En fin, el sitio es divertido, y si vais, sabed que encontraréis circuitos de niveles diferentes. Aconsejo que los miréis bien, a ver cuál os parece mejor para vosotros. Haced el que se adapte a vuestro nivel, y quizá, uno un poquito más difícil, a ver si superáis el reto. Y por supuesto, haced caso de los monitores y de las instrucciones de seguridad que te explican. A mi me costó un poco pillarle el truco a lo de los mosquetones, pero al fin, lo conseguí, y por eso hice ya sola el circuito fácil. Pero lo más divertido son las tirolinas, sin duda. Reboté en la primera de la que me tiré y tuve que remar hasta el otro lado, pero después le cogí el truco y no me volvió pasar. ¡¡Es muy diver!! Vamos, que fue un día entretenido de aventura al aire libre, hice mi necesario ejercicio y superé algún reto con lo de los trapecios infernales. No sé si algún día superaré mi miedo a la pared de escalada, o no ya a las alturas, que no me asustan de por sí, si no a caerme sin estar bien sujeta. Que se le va a hacer... soy la clase de persona insegura que nunca salta sin red, o sin triple seguridad si hace falta. Por eso no esta mal el haber ido a un sitio así. Si vuelvo alguna vez, imagino que repetiré los mismos circuitos, los demás los veo demasiado para mí, y aún me queda el reto de la pared o de hacerlos en menos tiempo y con más agilidad.
Aventura Amazonia
Niños atravesando uno de los puentes, de esos hay muchos y muy distintos
Redes. De esas también hay unas cuantas distintas
¡¡Tirolinaaaaaaaaa!! Esto es lo que más mola
En fin, que esta siendo un buen verano. Todavía tengo que estudiar y aprobar en septiembre la maldita y endiablada Sintaxis, y un parcial de Literatura Norteamericana, así que no me libro de estudiar este verano. Pero ya es lo último que me queda, y supongo que me anima la perspectiva de terminar muy pero que muy pronto mi carrera. Eso y este tipo de actividades me están haciendo sentir que es el primer verano en algunos años que disfruto y aprovecho de verdad. Para rematarlo, quedaría una barbacoa (sí, te lo digo a tí, Amparo, en tu casa en Pedrezuela, jajaja) y salir un día a tomar algo cuando sea la feria de Sansebastián de los Reyes, la semana que viene me parece. Y ya si en septiembre apruebo todo y consigo trabajo, no te digo lo contenta que estaría. En fin, todo poco a poco. Primero terminemos de apurar este verano que ya va entrando en su recta final. ¡¡Nos vemos pronto!!
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