Ayer finalizó la primera temporada de la serie spin-off de The Vampire Diaries, que se centra en las peripecias de la primera familia de vampiros de la historia, ahora afincados de nuevo en Nueva Orleans. Conocimos a Klaus como el villano de la segunda temporada en la serie madre, una de las mejores hasta ahora. Llegó arrasando, y con él se introdujeron tanto la figura del híbrido (mitad vampiro mitad licántropo) y la existencia de una poderosa familia de vampiros ancestrales. En esa misma temporada, conocimos al primogénito de esa familia, el hermano mayor de Klaus, Elijah. Ya en la tercera conoceríamos al resto de la familia, la única hermana, la menor, Rebeca, y otros dos hermanos, el incontrolable Kohl y el tranquilo Finn. Igualmente, conoceríamos a sus padres: Esther, una poderosa bruja, responsable del hechizo que transformó a sus hijos en los primeros vampiros de la historia, y por tanto, de la creación de estos seres, y Michael, su esposo, que tiene la particularidad de alimentarse de la sangre de otros vampiros y guarda un odio tremendo hacía Klaus, el bastardo engendrado por su esposa con un hombre lobo, de ahí que este, al hacer efecto el hechizo, se transformara en un híbrido. Finn y Kohl, así como Esther y Michael duraron realmente muy poco, y fueron muriendo a lo largo de la tercera temporada de The Vampire Diaries. Pero hacia el final de la cuarta temporada, los hermanos restantes, Klaus, Elijah y Rebeca viajaban a Nueva Orleans, lugar donde la familia residía cientos de años atrás. Allí, Klaus tuvo su reencuentro con su antiguo amigo y protegido, Marcel, ahora un poderoso vampiros, rey y dueño de la ciudad. También el híbrido recibió la noticia de que iba a ser padre, al estar embarazada de él Hayley, una joven mujer loba con la que había mantenido un romance de una noche. El personaje de Hayley ya había sido introducido con anterioridad también, como una loba que intentaba ayudar a Tyler, el licántropo residente de Mystic Falls convertido en híbrido, a liberar a otros híbridos del control mental que Klaus ejercía sobre ellos. Desapareció tras su breve e intenso idilio con Klaus, pero se nos dejaron caer notas interesantes sobre ella, como que creció en hogares de acogida, sin tener nunca una verdadera familia, y estaba buscando a la suya. Ese episodio sirvió de backdoor pilot como presentación de la serie. Con la potente rivalidad entre Klaus y Marcel, a pesar de su evidente afecto; la siempre compleja relación de los hermanos originales, y el nacimiento de un milagroso bebé, The Originals prometía ser bastante interesante, y la verdad es que a mí ha logrado convencerme del todo. En algunos aspectos, quizá a lo mejor por ser nueva y no estar tan desgastada, ha sido incluso mejor que la serie original. Creo que ha contribuido mucho a ello ha sido la elección del escenario: Nueva Orleans, una ciudad llena de historia, encanto y leyendas, ideal para situar una serie de corte sobrenatural.
Los primeros capítulos de la serie se centraron sobre todo, y como ya se presentó, en la rivalidad entre Klaus y Marcel, y la lucha de estos por adquirir el control de la ciudad, en especial tras haberlo arrebatado a las brujas del Barrio Francés. Pero también se nos contó la historia de cómo se conocieron siglos atrás, siendo Marcel un joven esclavo que Klaus liberó y tomo bajo su protección, y que mantuvo un idilio con Rebeca. La forma en que el chiquillo era tratado y despreciado suponemos que le recordó al híbrido el rechazo de su propio padre, y de ahí que decidiera protegerle. La relación de Klaus y Marcel se plantea por tanto como una muy compleja, llena de un pasado en el que hubo muchísimo amor y afecto entre ellos, pero a la vez, no deja de haber una tremenda rivalidad entre ambos. Conocemos también aquí al arma secreta de Marcel, la joven bruja Davina, a la que el vampiro salvó cuando sus congéneres pretendían sacrificarla en un ritual, junto a otras tres chicas más, para poder aumentar su poder y así hacer frente a Marcel y sus vampiros. El factor humano cobrará importancia con el personaje de Camille, una joven por la que Klaus sentirá gran compasión y afecto, y que quiere aclarar las circunstancias extrañas de la muerte de su hermano gemelo.Eventualmente, Marcel será derrotado y unirá sus fuerzas a Klaus, ante el creciente poder de las brujas. Nada se puede hacer ya para evitar que estas tengan de nuevo a Davina y terminen el ritual, mediante el cuál, algunas antiguas brujas como Genevieve (personaje realmente fascinante, que me ha gustado mucho) resuciten y se lo pongan realmente difícil a los vampiros. Pero la cosa no quedará tan solo entre brujas y vampiros: ante la idea de ser madre, Hayley tratará más que nunca de encontrar sus orígenes, que se hayan en una hechizada manada de lobos del Bayou. Ella hará todo lo posible para que el hechizo que atrapa a sus familiares en sus formas de lobo pueda ser roto, y cuando eso pase, los licántropos serán otro bando más a tener en cuenta en la lucha por el factor de Nueva Orleans, y también por el afecto de Hayley. Algo especial parece estar surgiendo entre la futura madre del hijo de Klaus y el vampiro original Elijah, pero a competir por el amor de Hayley llegará Jackson, el lobo con quien se suponía que su familia inicialmente deseaba casarla. Mientras, en muchos capítulos, asistimos a las irreconciliables diferencias entre Klaus y su hermana Rebeca, cuya compleja relación es capaz de pasar del amor y la confianza al odio y las ganas de matar en menos que canta un gallo. A través de Genevieve, que los manipulará a ambos, saldrán a relucir ciertos trapos sucios que harán que Klaus desee de nuevo matar a su hermana. Sin embargo, la acabará perdonando y le dirá que se mantenga alejada, que viva si vida tranquila y feliz, fuera de la ciudad. Debido a estas antiguas rencillas, y a la relación que existía entre Rebeca y Marcel, la alianza de Klaus con este último se romperá. Las cosas se complican cuando los licántropos piden su parte del pastel, y cuando Davina regresa de la muerte, asustada al principio de volver a usar la magia, y rechazada por las otras chicas resucitadas del ritual de la cosecha, pero después, con más confianza en sí misma y en sus habilidades, y más poderosa que nunca. Mucha importancia tendrá en el tramo final el personaje de Francesca Correa, aparentemente la nueva líder de la facción humana tras la muerte del padre Kieran, tío de Camille que sucumbe al mismo hechizo enloquecedor que hizo que su sobrino matara a varias personas u se suicidara después. Pero Francesca oculta un gran secreto, uno de los giros argumentales más impactantes de la temporada, que no revelaré pero que me dejó con la boca abierta. Su golpe de efecto nos llevará a una season finale de infarto. El último episodio se abre con una hermosa carta de Hayley a su futura hija, a la que Genevieve y las brujas intentarán sacrificar como ofrenda a sus ancestros. Klaus tratará de defender a Hayley a la bebé, pero tan solo podrá asistir impotente a ver como se llevan a la pequeña nada más nacer, y como matan a Hayley. No obstante, y siguiendo la mitología de la serie, esta ha fallecido con la sangre de vampiro de su hijita aún en sus organismo, de modo que regresa. Pero, al ser una mujer loba, si completa el proceso de transición bebiendo un poco de sangre de la niña, será una híbrida, cosa que sucede al final. Pero, antes de eso, el instinto maternal de Hayley la lleva a buscar a su hija a toda consta, y ayudada por Klaus, por un Elijah al que vemos perder los nervios hasta que la ve de nuevo con vida, y también de Marcel y de un arsenal inesperadamente encontrado por Camille, lograrán vencer a las brujas. Se toma después una dolorosa decisión para proteger a la pequeña. Después de que Hayley haya bebido una gota de su sangre para completar su transición, la niña, que recibe el nombre de Hope (Esperanza) es entrega por su padre a su tía Rebeca, con quien vivirá lejos de los peligros de Nueva Orleans y de las brujas que no cesarán de buscar su sangre. Y como colofón... antes de morir de nuevo, castigada por los ancestros, Genevieve revela que quien pidió el sacrificio de la niña fue su abuela, Esther. Esta es vista, resucitada en otro cuerpo, junto con el hijo que más seguía su juego, Finn. Por su parte, Davina ha respondido a la petición de Michael de devolverle a vida, pero el fiero padre de los originales se encontrará con una sorpresa por parte de la joven bruja: esta totalmente bajo su control, como un títere.
Creo sin duda que la CW ha acertado de lleno con esta pedazo de serie, que no solo iguala los mejores momentos de The Vampire Diaries, sino que los supera. Como he dicho antes, quizá el escenario de Nueva Orlenas tenga mucho que ver en eso, pero también esta la ausencia de pesados triángulos amorosos sin resolución que nos llevan a eternas batallas adolescentes sobre con quien demonios acabará Elena, y si eres team Stefan o team Damon (odioso) Además de eso, el tema de varias facciones sobrenaturales distintas luchando por el poder y el control de la ciudad es tremendamente interesante. Entre vampiros, brujas y hombres lobo surgirán todo tipo de alianzas y rivalidades, dando lugar a una de las cosas que siempre ha sabido hacer bien la serie original: que cada personaje tenga su propia agenda y resulte complejo e interesante, nada plano ni aburrido. Y en este caso, eso se multiplica por mil, dando lugar a intensos juegos de poder y a potentes giros argumentales. Y si nos ponemos a hablar de los personajes, tampoco encontramos que sean planos o poco interesantes. Genevieve con su mezquindad me resultó fascinante, además de una mujer muy bella y sensual, que hizo que no echara mucho de menos a la primera bruja que conocimos en la serie, Sophie Deveraux. Particularmente interesante fue ver la evolución de Davina y de Camille. Davina comienza siendo utilizada por todos, una joven asustada bajo la protección de Marcel, que desconoce lo terriblemente poderosa que puede llegar a ser. Anhela la vida de cualquier adolescente normal, ir al instituto a estudiar y conocer a chicos como Tim, o Josh. Pero, cuál Perséfone, al descender a la muerte y regresar de ella, pasa de ser una doncella asustadiza a toda una reina, una fuente de poder tal que puede controlar a un ser tan terrible como Michael. El personaje de Camille me resultó al principio la típica humana que, en estos asuntos, no se entera de gran cosa, sobre todo cuando veía como borraban a menudo sus recuerdos. Pero su determinación por saber qué le sucedió exactamente a su hermano, y después por salvar a su tío, víctima del mismo hechizo, me hizo empatizar mucho con ella y se ganó mi simpatía. Cuando al final recibe ese legado familiar en forma de armas y secretos para proteger a los seres humanos de Nueva Orleans de las amenazas sobrenaturales, la vi enseguida como líder de la facción humana. Sería una buena líder, valiente, compasiva, y con todas esas armas e información a sus disposición. Destaco también la importancia de la relación de Klaus y Marcel, que nos ha ayudado a conocer mucho mejor la compleja psicología del híbrido a través de su amistad con ese pequeño esclavo que luego se convertiría tanto en poderoso enemigo como el aliado. Creo que esa relación es, sin duda, uno de los pilares de la serie. Menos me convenció ese romance insinuado entre Hayley y Elijah, no sé, no lo veo, la verdad, no sé por qué pero no me convence. Aunque sí me gustó mucho en la season finale ver al correcto y elegante original perder la cabeza cuando pensaba que Hayley estaba muerta. En cuanto a ella, en la serie madre fue introducida como una secundaria que, bueno, me caía bien, pero tampoco había mucho más que decir de ella. En esta serie se nos ha convertido en otro pilar, una mujer a la vez fuerte y vulnerable, que busca su lugar y su identidad al saber que va a ser madre, y que desea ante todo poder dar a su hijita la mejor vida posible. Su carta a la niña me conmovió sinceramente, igual que me conmovió ver a Klaus entregándola a Rebeca, a la que había echado mucho de menos, y decirle con lágrimas que matará cruelmente a cualquiera que intente hacerle algún daño, y que, algún día, volverán a reunirse. Es Klaus, que le vamos a hacer. Pero creo que sin duda esa niña va a estar muy protegida, y será de gran importancia en la serie. Un bebé en parte vampiro, en parte hombre lobo, en parte bruja... será la criatura sobrenatural más poderosa que jamás haya existido. Eso sí, Genevieve lo dejó bien claro: siempre estará bajo amenaza. En cuanto al detalle final de resucitar a los padres orginales, Esther y Michael, ahí también chapeau, me quito en sombrero. En la serie madre les vimos muy poco, y sin duda, aún hay mucho más que decir sobre ellos, y serán los perfectos villanos de la segunda temporada, que ya ha sido confirmada. Como detalle final, comentar que la serie sigue muy conectada a la original. Se mencionan eventos como la destrucción del más allá de los seres sobrenaturales, que esta teniendo lugar ahora mismo en The Vampire Diaries (reseña mañana, que termina una temporada también estupenda) y también hemos contado en un episodio con la presencia de Tyler Lockwood, el joven lobo de Mystic Falls al que Klaus convirtió en híbrido en la tercera temporada, y que, desde entonces, sigue clamando venganza contra él.
En fin, creo que he hecho muy pero que muy bien dando una oportunidad a este spin-off. mucho menos meloso y adolescente que su original, y más interesante. Me alegro de que hayan decidido concederle una temporada más, porque tengo muchas ganas de ver que pasará con Hope ahora que sus abuelos han regresado de la muerte, como será la nueva Hayley híbrida, y muchas cosas más. Yo me quedo con The Originals, y si os gusta le temática sobrenatural, os la recomiendo sin duda.
2 comentarios:
La empecé a ver pero no me convenció del todo en su momento, quizás la vea en verano entonces.
Ahhh me encanta the originals vampire diaries siempre con lo mismo Stefan Damion Elena no le veo nada de emocionande aunque espero que Stelena triunfe sin duda me quedaria con THE ORIGINALS con solo ver a klaus sacar esa parte paternal es hermoso y claro HOPE que mas esperanza que con su nombre lo amo la mejor serie y espero con ansias la segunda temporada
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