SIN TETAS NO HAY PARAISO ( RESEÑA DEL LIBRO ORIGINAL )

No puedo hablar de la famosa serie de Telecinco, dado que jamas la he seguido ni pienso empezar a verla, pero la curiosidad me pico lo suficiente acerca de la obra original en que estaba basada, así que me descargue el libro en PDF, y a leerlo. Lo termine hace no mucho, y ahora toca dejaros la correspondiente reseña.

Para empezar, decir que la historia que nos narra Gustavo Bolívar para nada tiene que ver con la edulcorada versión de la cadena amiga, para que esteis advertidos si alguno es seguidor y siente curiosidad por leer el libro original. Bolívar nos habla sin medias tintas de la realidad de muchas jovencitas colombianas, que ven una salida muy fácil a su pobreza en sumirse en el mundo de los narcos o "traquetos", y venderles su dignidad a cambio de algo tan vano como el dinero. Catalina, la protagonista, es una de esas niñas. Con tal solo 14 años, ella ve a su alrededor como la prosperidad reina en las casas de sus amigas, que se han operado el pecho ( siendo menores de edad ) y se han convertido en el objeto de deseo de estos delincuentes sin alma, que las mantienen a ellas y a sus familias por un rato de placer. Jessica, una de las muchachas, en el colmo de los colmos ejerce de proxeneta, vendiendo a sus propias amigas. Catalina ve claro su objetivo en la vida: operarse sus pechos apenas incipientes y llegar a ser la novia de un traqueto. Y eso por mas que su novio Albeiro, un joven trabajador y honrado, pero pusilánime como el solo, le prometa que si se queda con el no le faltara de nada, por mas que tenga que matarse a trabajar para conseguirlo.

Lo peor de todo es que esta compra-venta, este comercio de carne sucede con la ignorancia ( o peor aun, el beneplácito ) de las familias de las niñas, que nada objetan cuando ven como el dinero entra en casa a espuertas. Siendo asi la cosa, Catalina se decide negociar con Jessica la venta de algo muy importante: su virginidad, a cambio de el dinero necesario para operarse. Este negocio le sale mal, ya que el tipejo en cuestión acaba rechazándola, alegando que, sin pechos, "se ve muy niña" y que le recuerda a su hija, nada menos. Así que Catalina acaba entregando su virginidad a un escolta llamado "Caballo" ( bueno, a el y a los dos colegas, que andaban por allí ) en lo que se convierte en un lamentable espectáculo en las cuadras de la finca de uno de los señores de la droga. Y encima, se queda sin el dinero prometido, ya que, por supuesto, "Caballo" no lo tenia. Pero la cosa mejora para nuestra protagonista, después de ese pasaje terrible de humillación que el autor nos describe sin ahorrase detalle. Catalina logra convertirse en una de las "chicas prepago" favoritas de los narcos, como sus amigas, ganado incluso suficiente influencia sobre uno de ellos como para ordenarle matar a "Caballo" y sus amigos.

Pero no nos engañemos: esto no es Pretty Woman, y aquí, tristemente, tampoco hay Duque sexy del que enamorarse perdidamente, haciendo que al menos prostituirse por tener unos pechos nuevos merezca minimamente la pena. No, aquí tan solo hay una panda de rufianes y sinvergüenzas de mucho cuidado, dispuestos a aprovecharse de unas niñas pobres, desesperadas, y si... muy tontas. Así que sucede lo que tiene que pasar: alarmados ante el aumento de redadas policiales y extradiciones desde Estados Unidos, los narcos ponen pies en polvorosa y huyen cada uno a un lugar distinto, dejando Colombia hasta que pase la tormenta, y dejando atrás a todas estas niñas en la estacada. Sin mas opción, la mayoría de las amigas de Catalina terminan por los burdeles de su barrio. Ella y Jessica huyen a Bogota, buscando en la capital algún contacto que las ayude. Durante meses, sobreviven a base del gorroneo en las casas de amigos y conocidos, a quienes arruinan con contantes llamadas telefónicas para comprobar si sus benefactores han regresado o tienen intención de hacerlo, y a quienes roban cualquier objeto de valor que puedan encontrar. Así hasta poder embaucar a un medicucho, otro sinvergüenza y sin escrúpulos al que Catalina hace un par de favores para conseguir que la opere.

Con el regreso de los lideres de los carteles, y con su nuevo pecho, llega de nuevo una etapa de prosperidad a la vida de Catalina. Ahora si que vive a todo tren, patrocinada por los propios narcos, mientras a sus espaldas su pusilánime novio intima con su propia madre. Por suerte, esto no supone un problema, ya que Marcial Barrera, un narco de 65 años casi a punto de retirarse, padre de nueve hijos y con cinco ex esposas, esta decidido a hacer de Catalina la sexta de sus mujeres, y a tenerla en un paño de oro. Y ella eso le parece el Paraíso, lo que siempre había deseado. Hasta que llegan los problemas... primero, su salud se empieza a resentir debido a una infección provocada por los implantes. Un medico, esta vez uno honesto y de verdad, le da los antecedentes del medicastro que la opero, alegando que ni siquiera tiene licencia, que solo se aprovecha de chicas como ella, y que con su edad el no la habría operado. Así pues, a Catalina le deben retirar sus adoradas tetas, que resultan ser usadas. Si, implantes usados, tal es el punto al que pueden llegar algunos desalmados para meter en sus camas a chiquillas como esta. Pero no contenta con eso, y sin cumplirse el plazo aconsejado por el especialista, Catalina, segura de que su prosperidad esta ligada a la talla de su sostén, se vuelve a operar, poniéndose esta vez una talla mas grande, y haciendo mas favores a algún carnicero sin escrúpulos. Contenta y feliz, se va a comprar nuevos sostenes. Contenta, feliz, e ignorando que; envidiosa de su prosperidad junto al viejo Marcial Barrera, Jessica ha olvidado la amistad que un dia las unió y se dispone a seducir al anciano y a usurpar su lugar. Luego, una mala noche, los músculos del esternón de Catalina ceden al peso de los implantes. Desgarrada de dolor, acude al medico que le retiro los primeros implantes, recibiendo de el una buena reprimenda y la absoluta prohibición de volver a operarse, ya que su cuerpo no lo soportaría. Mientras ella se recupera en la clínica, Marcial y Jessica regresan de lo que aparentemente era un inocente "viaje de negocios" ( que de inocente no tiene nada, puesto que esos "negocios" son mas bien turbios y ellos se han dedicado a pasarlo muy bien juntos a espaldas de Catalina ) A su regreso, Marcial anuncia que acaba de encontrar a su séptima esposa, Jessica, y a Catalina... pues que la den morcillas mas bien.

Y aquí es donde llegamos al punto mas desgarrador del relato. Aquí es donde comprobamos hasta donde estas niñas llegan a ser victimas de depravados, desalmados, y de su propia ignorancia e ingenuidad. Y aquí es donde animo a quienes no quieran saber el final a NO SEGUIR LEYENDO, CON EL FIN DE EVITAR LOS SPOILERS.

SPOLIER:

Rechazada por su esposo, privada de su absurdo sueño y en la ruina, Catalina tan solo tiene el apoyo del chófer de Marcial, un hombre de color llamado "Pelambre" que esta locamente enamorado de ella. Con su ayuda, visita a su madre y a su novio, ahora padrastro, que están esperando un hijo. Y con su ayuda, realiza lo ultimo que hará en su vida. Movida por la venganza, ordena a "Pelambre" acabar con la vida de Jessica. Solo que cuando da las indicaciones sobre su objetivo a los sicarios, no es la ropa o el aspecto de Jessica lo que les describe, sino la suya propia. Sin valor siquiera para suicidarse, Catalina ordena de este modo su propia muerte. Antes de ser acribillada a balazos por los asesinos a sueldo, irónicamente, ella leía una Biblia, concretamente, un pasaje de San Lucas sobre el Paraíso y sus maravillas. ¿Su ultimo acto en este mundo? Sobre la idílica descripción del santo Evangelista, nuestra desdichada heroína garabatea con rabia... "Pura mierda... ¡Sin tetas no hay paraíso!"

FIN DEL SPOILER

¿Mi valoración general? He de decir para empezar que no soy una gran fan del estilo recargado de algunos autores latinoamericanos ( no es por ofender, nada mas lejos de mi intención, pero habla una que nunca ha sido capaz de terminar un libro de Vargas Llosa, por ejemplo ) y al principio, Catalina y sus amigas me parecieron un puñado de niñas tontas, busando una salida facil en la vida, si bien entendia lo desesperado de su situacion. Pero poco a poco, no pude evitar meterme en la historia, sobre todo al llegar la parte de las peripecias de Catalina y Jessica en Bogota. No puede evitar entristecerme cuando les iba mal y alegrarme de que les fuera bien. Y cuando lei el final, os prometo que pase un rato en estado de shock. Habria esperado cualquier cosa menos eso. Esperaba que asesinaran a Jessica y que Catalina se quitara la vida, o incluso que algo o alguien inesperado le areglara la existencia. Pero no. El libro refleja con fidelidad demoledora la triste realidad de muchas chicas colombianas y de muchos otros lugares, que no estan tan lejos de nosotros como parece. Ellas fueron en busca de su Paraiso y solo encontraron corrupcion, mentira, engaño, soledad y la perdida de su dignidad. Porque, tristemente, sin tetas no hay paraiso.