domingo, 7 de julio de 2013

STAR TREK & STAR TREK EN LA OSCURIDAD (Reseña combinada de las 2 pelis)

"El espacio, la última frontera. Estos son los viajes de la nave estelar Enterprise. Su misión: buscar nuevos mundos, nuevas civilizaciones; para llegar hasta donde ningún hombre ha llegado jamás"... Estas palabras ya tienen para muchos una dimensión tan mítica, épica y emocionante como el "hace mucho tiempo, en una galaxia lejana, muy lejana"... con que se abre cada película de Star Wars. Desde que se estrenara la serie original de Star Trek en 1966, son miles los fans que han disfrutado las aventuras y viajes de la nave Enterprise, siempre buscando mas allá, viviendo peripecia tras peripecia. Reconozco que jamás he sido trekkie, nunca me había llamado la atención, imagino que simplemente, porque tenía el cupo ocupado con otras historias de temática similar. Sin embargo, como recordaréis de esta entrada de crítica a Avatar, mi mente es abierta, y si bien hay muchos fandoms e historias que no sigo, soy capaz de intuir o ver un poquito de lejos que sí tienen la calidad que uno debería exigir, y de comprender porque a otras personas les han atrapado sin remedio. Ya entonces mencionaba que tal vez, algún día, con tranquilidad, quizá me animaría a descubrir más el universo Star Trek. Hasta ahora, solo sabía de él algunas curiosidades que había leído en Internet: críticas de la serie original y de las posteriores, así como de algunas de las pelis, comentarios de fans, e información de webs dedicadas a la saga, sobre por ejemplo, la Federación de Planetas y su flota estelar, o algunos de los planetas y razas alienígenas que nos muestran, como los lógicos vulcanianos, o los belicosos klingon. Y sin duda, ahora ese momento ha llegado, y más después de ver como esta franquicia ha sido renovada con un enorme acierto, con dos estupendas películas que han conseguido convencerme por completo. Y es que estamos ante cine de aventuras espaciales en su mejor esencia: trepidantes, divertidas, equilibradas y bien cuidadas, las dos cintas más recientes de Star Trek han logrado no solo entretenerme o gustarme, sino hacer que me pique del todo el gusanillo por esta saga. Si era la misión, actualizar la franquicia para las nuevas generaciones, o para nuevos fans, sin que perdiera su esencia, misión cumplida. Y ahora nos dejamos de preludios y pasamos al meollo de analizar ambas pelis en profundidad.

Respetando el orden cronológico, comenzaremos por la primera de las dos pelis, de 2009, la cuál tuve ocasión de ver anoche en televisión en Antena 3, en una de esas venadas en que les da por hacer algo bien. De entrada, tenía como trasfondo la opinión de mi hermana, la cual tampoco ha sido nunca trekkie, y a la que le gustó bastante la película. Y por supuesto, estaba la presencia de ese grandísimo actor llamado Zachary Quinto, al que la malograda serie Héroes me descubrió, y al que sentía muchas ganas de ver en otros papeles. Así pues, me vi la peli y comprobe que era tan buena como la que había visto en el cine. Comienza con el acierto de mostrarte el renacimiento de la franquicia, en forma detalles de la infancia de dos de sus más míticos personajes: el capitán James T. Kirk, y el más icónico de la saga, el vulcaniano Spock. Esas escenas nos ayudan a entrar en materia, nos dejan conocer mejor a los personajes y el mundo que les rodea, y a meternos de lleno en él. Momentos después, como cualquier experto en Literatura Inglesa diría, el viaje de nuestro héroe, James Kirk en este caso, se cruzará con quien ejercerá la labor de mentor y figura paterna y le guiará hacia su destino. En este caso, esa labor corresponde al capitán Christopher Pyke, veterano de la flota galáctica, al mando en ese momento de la Enterprise, y que estaba con el padre del joven cuando este muere heroicamente en acto de servicio. Espoleado por este nuevo mentor, Kirk entra en la Academia Naval, e inicia su entrenamiento para pertenecer a la flota galáctica. Allí, su camino se va cruzando con el de otras caras conocidas, como la del cínico médico Leo McCoy o la bella teniente Uhura (con quien no obstante, ya había intentado ligar en un bar con no muy buenos resultados, e interpretada por una Zoe Saldana convincente, aunque sin destacar) Por su`puesto, también conocerá a Spock, pero vamos a detenernos un poquito más en esto, porque la dinámica de estos dos personajes es la más rica de ambas películas. Desde el primer momento, el temperamento impulsivo, rebelde y visceral de Kirk choca con la fría y eficiente lógica del vulcaniano, y se puede decir que la relación de ambos es más bien de rivalidad que de amistad. Para Kirk, Spock es un peor que un dolor de muelas o un grano en el culo, el clásico empollón, aguafiestas y un tanto tocapelotas que es incapaz de funcionar sin el dichoso libro de normas en la mano. Con él no se hará nunca nada diferente ni remotamente divertido. Y por su parte, Spock no comprende el empeño constante de su compañero en saltarse las normas a la torera, y desafiar constantemente a la autoridad, dado que él mismo esta negando constantemente su lado más humano (dado de su madre, que pertenecía a nuestra especie) y ha abrazado el lado cerebral de su herencia vulcaniana. No obstante, durante la cinta, ambos personajes irán aprendiendo a mirar más allá, a comprenderse mutuamente, y a entender que juntos forman un fabuloso equipo, capaz de cualquier cosa. Y eso se debe, sobre todo, a la sabia presencia del Spock del futuro, parte de una trama de viajes en el tiempo, que es el meollo argumental de la película, y que conecta también con su principal villano, en este caso, el capitán de origen romuliano llamado Nero. Es el Spock del futuro, interpretado como no por el propio Leonard Nimoy, que encarnó al personaje en la serie original, el que nos sirve de nexo entre los espectadores de siempre, y los nuevos; y el que ayudará a sentar las bases de esa gran amistad al instar a Kirk a provocar a Spock para que este exprese sus sentimientos tras la pérdida de su madre, y la destrucción de su planeta por parte de Nero. Y en medio de la aventura, tenemos la introducción de otro de los personajes más queridos: el técnico Scottie, ese al que, como bien sabéis, siempre le andaban pidiendo que les telestransportara. Quizá este detalle es el menos convincente de la película, puesto que se trata de un personaje muy recordado y querido, y esperar a presentarlo con la acción tan avanzada hace que su entrada resulte un tanto forzada, frente a las buenas presentaciones de los demás personajes. Luego un duelo final, Pike cede a su joven pupilo la silla de capitán, asistimos a un breve encuentro entre el pasado y el futuro estupendamente representado por Zachary Quinto y Leonard Nimoy, y el cierre con las míticas palabras y el tema clásico de la serie.

En las interpretaciones, destaca Zachary Quinto como Spock, un personaje hierático y no muy fácil de llevar corporalmente, y que era el sueño de la vida de este actor. Chris Pine convence como Kirk, dinámico, rebelde, impulsivo, ligón, pero con ese fondo responsable y de buen corazón. Nos hace saber que en el fondo, el joven bala perdida se llegará a convertir en un excelente capitán. El papel femenino de Uhura recae sobre Zoe Saldana, que aunque no destaca con sobresaliente, nos presenta a una heroína de acción eficiente, valiente y completa, física e intelectualmente, y no a una mera pateadora de culos de malos en versión femenina y sexy. Un tanto escondidos estan Karl Urban como nuestro médico de a bordo, el doctor McCoy, si bien tiene algunas de las líneas más divertidas de la película, sobre todo en combinación con Kirk; y John Cho como Hikaru Sulu, piloto y timonel de la Enterprise que en su día interpretó George Takei. En el apartado técnico, por supuesto que abundan los efectos especiales. Pero están más al servicio de la historia que como mera herramienta para obnubilar e impresionar al espectador, excepto, claro esta, en los momentos climáticos, en que se deja a este respecto toda la carne en el asador. Tenemos hermosos planos de la Enterprise y de otras naves, batallas espectaculares y un bellísimo efecto de estela azul en el espacio cuando la nave salta a la velocidad de la luz o velocidad de curvatura, como aquí se llama. Destaco en este aspecto también la imagen en el que el planeta Vulcano colapsa, devorado sin remedio por el agujero negro creado por nuestro villano.

En esta nueva entrega, que lleva como subtítulo "en la oscuridad", nos encontramos de nuevo con una apertura en el espacio, pero en este caso, no con el nacimiento de un personaje, sino con una de la múltiples misiones que la tripulación de la Enterprise esta llevando a cabo (en este caso, detener con un dispositivo tecnológico la inminente erupción de un volcán en un planeta con una civilización primitiva) Después de que Kirk se salte las normas una vez más a pesar de las protestas de Spock, y de una precipitada huida, toca afrontar las consecuencias de haber hecho las cosas de forma poco ortodoxa; y la consecuente bronca de la figura paterna en forma de Christopjer Pike. El veterano capitán seguirá defendiendo a su pupilo aunque este sea suspendido, pues ve su capacidad y su potencial. Finalizado el primer acto de apertura, toca entrar en el meollo de la cuestión: presentar a nuestro villano. Inicialmente, parece que se trate de un renegado de la flota llamado John Harrison, que esta cometiendo actos terroristas contra intereses de la Federación, pero su auténtica identidad, revelada más adelante, y que no digo aquí por no reventar la sorpresa, es otra mucho más mítica en esta saga (o al menos eso creo, mis conocimientos aún son un tanto escasos) Astuto, Harrison corre a esconderse en el único mundo donde las naves de la Federación no tienen permiso para entrar: Kronos, el planeta hogar de los klingon, cuyas relaciones con la Federación de Planetas son cuanto menos tensas. No obstante, logran capturarle, y es ahí donde comenzamos a descubrir sus grandes secretos, y donde, de paso, vemos la gran calidad interpretativa de Benedict Cumberbacht, un actor de tablas inglés que ya nos estaba deleitando con su Sherlock. Cuando la verdadera identidad de nuestro villano es revelada, también va cayendo el velo de alguien de dentro de la Federación, el comandante Marcus, que andaba metido en asuntos no muy honestos, con el objetivo final de provocar una guerra entre los klingon y la federación, aunque no revelaré como. La propia hija de Marcus, Carol, se había unido a la Enterprise con el apellido de su madre para no ser descubierta (aunque Spock termine sabiendo su secreto, y contándolo cuando, según él mismo dice, resulta relevante) Al comenzar el acto final, tanto Carol como Kirk serán hechos prisioneros por Harrison, pero la habilidosa jugada de Spock les pondrá a salvo de nuevo, aunque no por mucho tiempo. Momento ahora para que nuestro impulsivo capitán haga algo heroico a la par que no muy sensato, fiel a su línea, y después, el duelo intelectual de Spock y John Harrison pasa al plano físico, durante el cual, el vulcaniano será asistido por Uhura para neutralizar al villano, eso sí, sin dañarlo. No revelaré para que lo necesitan con vida, pero sí apuesto por su aparición en una futura nueva entrega de la saga, ya que se ve que su trama queda abierta por algún motivo, y es mucho lo que aún le queda por contar. Instantes finales para reconstruir y recuperarse, monólogo clásico, y despedida y cierre con la conocida melodía.

Entre las interpretaciones, brillan con luz propia Zachary Quinto y Benedict Cumberbacht, que nos ofrecen un duelo magistral a todos los niveles: interpretativo, intelectual y físico. Cumberbacht le aporta a su papel una fuerza y elegancia arrolladoras, y creo que, al haber dejado su trama abierta, sería un gran acierto volver a contar con él, aunque eso signifique que no haya más temporadas de Sherlock. En esta ocasión, creo que Chris Pine nos ofrece a un Kirk igualmente impulsivo y rebelde, pero algo más preocupado por su carrera y por la impresión que causa. Zoe Saldana bien como Uhura, mostrándonos ahora ciertos detalles de su complicada relación con Spock, y bien nuestros secundarios ya mencionados anteriormente. Y en lo técnico, de nuevo efectos especiales sobrios y al servicio de la historia, excepto cuando toca dar el buen festival e impresionar en momentos de importancia, o climáticos. Y por supuesto, seguimos contando con bonitos planos de la Enterprise, que ahora parte en una misión de cinco años a explorar allá donde nadie más ha estado, y con el hermoso efecto de estela azul que nos indica la velocidad de curvatura.


En definitiva, estamos ante dos estupendas películas de aventuras en el espacio, bien llevadas, con su justa dosis de efectos especiales, acción, drama y humor. Trepidantes y muy entretenidas, estas dos cintas cumplen de sobra el propósito de renovar esta franquicia con aire nuevo, de suponer un punto de unión entre quienes han sido trekkies desde siempre, y espectadores más jóvenes o que simplemente, no se habían acercado nunca a esta saga. No fallan como entretenimiento, pero también cuentan una historia con un guión solido y personajes bien construidos. Hay guiños clásicos, y propuestas nuevas, todo mezclado sin que por ello haya salido un bodrio de primera categoría, sino más bien, dos buenas cintas que dan muchas ganas de acercarse al mundo de Star Trekk, y que huelen a comienzo de una nueva y exitosa franquicia hasta que el cuerpo aguante. Esperemos que se mantenga la calidad mostrada hasta ahora, y que no decaiga, porque este nuevo comienzo merece y mucho la pena. Y para cerrar... intro clásica para todos.



1 comentario:

Nela dijo...

La verdad es que haces unos post increibles, tanto que a pesar de no gustarme el genero, me apetece hasta ver la peli.
Besos
Nela

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