viernes, 15 de noviembre de 2013

EL ESCULTOR Y EL POETA (Buscando la belleza de lo simple)

¿Qué es el arte? Creo que desde surgió la primera idea creativa en una mente humana, hemos estado intentando responder a esa pregunta. ¿El arte son cosas bonitas que adornen la vida y sean hermosas de contemplar? ¿Es algo que el autor de la obra, ya sea un poema, una escultura, una pintura o una canción nos esta queriendo decir? ¿Debe el arte cumplir alguna función social, como la denuncia, o simplemente ser un medio de expresión de la creatividad y las emociones? El tema es extremadamente complejo, y como veis, da para un interesante debate al respecto. Cada uno de nosotros, incluso cada artista, independientemente del campo en que trabaje y las técnicas que use, tiene una opinión al respecto. Pero no es en ese debate en lo que quiero entrar en profundidad, sino que quiero hablaros de dos personas, dos artistas, cada uno de un campo distinto, que decidieron unir fuerzas y creatividad; y trabajar juntos para crear algo nuevo y diferente. Alberto es poeta, cosa nada fácil sobre todo en nuestros tiempos. Un buen día conoció a Leandro, que es escultor, y entre ellos surgió la amistad. Esa amistad les llevó a trabajar juntos, Alberto entregó sus poemas a Leandro, y este los convirtió en pequeñas piezas de escultura, escribiéndolos en papel con pinceles de distinto grosor y secando la tinta con limadura de hierro. Las láminas con los versos las tapó, velándolas con otras láminas blancas con tan solo un cuadro, a veces tres, dejando así entrever solo manchas de tinta de distintas formas. Las manchas caprichosas se unieron a los versos, y así, crearon un libro, La textura metálica del dolor.



Pero esta no fue su única colaboración. En otra ocasión, Leandro recogió cientos de piedras de la playa, piedras normales, redondas, lisas, que convirtió en algo totalmente distinto, trabajándolas con la radial para grabar dibujos en ella. Eran 528 en total, cajas y cajas repletas de pequeñas piedras que quedaron convertidas en piezas de arte al pasar por su taller. Alberto convirtió las piedras en versos, y de ahí llegó su segundo trabajo juntos, Tránsitos.


A lo mejor pensáis que son un par de locos. Después de todo, ¿quién se dedica a trabajar con versos y manchas de tinta, o a recoger cientos de piedras y hacer algo hermoso con ellas? Nadie. Solo un artista haría estas cosas. Alberto y Leandro son artistas, dos personas con una visión y una sensibilidad extraordinarias, que se nota en cuanto los conoces. He tenido la suerte de poder coincidir con ellos en esta vida, ya que asisto a un taller de escritura creativa que imparte Alberto, en la Casa de la Mujer de Alcobendas, donde vivo. Esta mañana ha invitado a su amigo Leandro, y hemos charlado todos un poco sobre el arte, el proceso creativo, y de muchas cosas más. Ha sido muy enriquecedor e interesante poder hablar con ellos, y realmente inspirador. Ambos creen firmemente que el arte no debe estar aislado, que aunque encuentre distintas técnicas y formas de manifestarse, al fin y al cabo, la poesía, la escultura, la pintura o la fotografía buscan lo mismo: expresar lo que uno tiene dentro, y hacerlo llegar a los demás. Esta claro que, dependiendo de la sensibilidad de cada uno, el arte nos puede llegar de manera muy distinta. También puede estar en sitios muy distintos, en el color, en las palabras, en el cielo, en el suelo... solo hay que saber mirar y a nuestro alrededor, podremos encontrar belleza que convertir en arte en cosas cotidianas, sencillas y simples. Así que yo os invito a mirar a vuestro alrededor, a desarrollar vuestra imaginación y vuestra creatividad de la manera que queráis. Seguro que, si buscáis, encontraréis al artista que lleváis dentro. Os dejo por ahora, creo que voy a abrir Word y a escribir un pequeño texto que me han inspirado las piedras, a ver que sale. Muy pronto, más y mejor en el blog. ¡¡Nos vemos!!

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