lunes, 30 de septiembre de 2013

TOP TEN AMIGOS Y COMPAÑEROS (PARTE I)

¿Cómo va todo, gente? No quería mantener el blog abandonado y desangelado mucho tiempo, y aunque tengo dos especiales en mente que creo que serán muy chulos e interesantes, aún no los he preparado lo suficiente, así que en su lugar, os ofrezco un nuevo ranking para despedirnos del mes de septiembre, y darle vida al blog. Los rankings siempre me animan a escribir, porque siempre tengo algo en la recámara para poneros, y además, me obliga también a pensar en las tres entradas de rigor que, si os habéis fijado, siempre dejo entre puesto y puesto para separar y no poner todo el ranking seguido, y que así no sea todo tan monotemático. Además creo que estos rankings nos permiten hablar de gran cantidad de cosas. Hemos tenido parejitas, heroínas, poderes, guapos, malos... en esta ocasión, nuestro ranking tratará de algo de gran importancia en la vida: la amistad. Si señor. Tener buenos amigos en los que apoyarse en los malos momentos y con los que compartir los buenos es una de las cosas más importantes de esta vida, y es lo mejor que te puede pasar. Por este ranking, desfilarán una gran colección de personajes a los que unen los lazos de la amistad, el cariño y el buen rollo entre amigos. Puede que sean colegas del alma, pandilla de amiguetes, o como en el caso de las señoritas de la imagen, amigas al más puro estilo "bff" que dirían las adolescentes americanas, o séa, best friends forever. Ellas son Bonnie Bennet, Elena Gilbert y Caroline Forbes, personajes femeninos principales de la serie teen de vampiros "The Vampire Diaries"; a punto de comenzar su quinta temporada en un par de semanas.

Estas tres jóvenes comenzaron su andadura como tres chicas normales. Sus vidas eran cómo las de cualquier chica de su edad, estudios, padres, chicos, fiestas... hasta que las cosas empezaron a cambiar. Todo se inició con la trágica muerte de los padres de Elena en un accidente de coche, del que ella fue salvada por la intervención de Stefan Salvatore, vampiro que luego se convertiría en su amor, y después, se iniciaría un triángulo amoroso, al llegar a Mystic Falls Damon, el hermano de Stefan, que también se sentiría atraído por Elena. Mientras, Bonnie aprendía de su abuela, que la crió, el legado de magia de su familia y el hecho de que ella misma era una poderosa bruja. Y Caroline... bueno, Caroline era la clásica rubia tonta a la que no le importaba mucho más que lucir mona en las fiestas, y que siempre estaba algo celosa de Elena, a pesar de ser amigas. Mucho camino se ha recorrido desde entonces. Han sido cuatro temporadas, en las que hemos visto a Caroline pasar de ser una linda rubita que ocultaba su inseguridad bajo la capa de la superficialidad, a ser una vampiresa fuerte y segura de sí misma, cuya dulzura y belleza han llegado incluso a atraer la atención del poderoso y malvado Klaus. Y también la hemos visto en su relación con sus padres, y viviendo amores con el joven humano Matt Donovan, y después con el licántropo Tyler Lockwood, sin duda, su gran amor. Elena ha pasado por mucho dolor y pérdida, y eso la ha fortalecido. Ha creado a su alrededor una coraza que parece que solo ciertos hermanos vampiros consiguen traspasar, y aunque ha oscilado de Stefan a Damon, sigue atrapada entre el amor de ambos, y no creo que eso se resuelva hasta el final de la serie. Además, ha tenido ocasión de enfrentarse a su malvada doble, la vampiresa Katherine, con un asombroso resultado. Sin duda, a lo largo de la serie, hemos visto cambiar bastante a nuestra heroína y protagonista femenina principal. Bonnie ha sido a menudo usada como comodín y arma con elemento de sorpresa, debido a su magia, que ha aumentado enormemente desde el comienzo de esta historia. Y eso que la chica ha demostrado de sobra su lealtad, y que tiene un corazón noble y fuerte. Sigue teniendo también una fuerte conexión con su abuela, que le ofrece consejo en temas de magia, aunque sea desde el más allá; y en amores, la hemos visto con Jeremy Gilbert, el hermano menor de Elena, el cuál por suerte, y después de ser un niñato insufrible toda la primera temporada, maduró bastante, y ha tenido su propio contacto con los temas sobrenaturales (primero el chico veía fantasmas, luego se fueron, y se convirtió en cazador sobrenatural) Y a pesar de todo este largo camino, y de todos los cambios, hay algo que, aún con altibajos, ha permanecido inmutable: la amistad de las tres chicas.

Bonnie, Elena, y Caroline, o lo que el lo mismo, Katherine Graham, Nina Dobrev y Candice Accola, respectivamente

Las tres a punto de entrar en clase

Fiesta años 50, con los hermanos Salvatore

Feliz 18 cumpleaños para Caroline, aunque recuerdo que no quería celebrarlo, ya que, al convertirse en vampira, no tiene sentido, puesto que no va a envejecer más

Fiesta de pijamas

Este abrazo de las tres amigas lo dice todo, ¿verdad?

Graduación. Terminados los estudios; ¿qué futuro espera a estas tres amigas, antaño tres chicas normales, ahora dos vampiresas y una poderosa bruja? Eso ya lo veremos

La amistad de Elena, Bonnie y Caroline ha pasado por la pérdida de muchos seres queridos, mucho dolor y tristeza, y sí, han tenido momentos en que no se entendían o no se hablaban, y también, el destino sobrenatural, de alguna manera, las ha alcanzado a las tres y no han podio huir de él aunque lo hayan intentado. Pero su amistad ha permanecido fuerte a pesar de todo, y aunque ya no sean las mismas niñas que cuando se conocieron, sino tres mujeres muy distintas, y con lo sobrenatural de por medio, estoy segura de que, si continúan juntas, no habrá nada que no puedan afrontar. Yo ya tengo ganas de ver que nuevos retos les planteará la próxima temporada de la serie, además de volver a ver a Damon y a Stefan, claro. Y os sigo recomendando The Vampire Diaries, una buena serie que a mí me tiene muy en vilo y entretenida, aunque pueda tener sus fallos y el estilo teen no convenza a todo el mundo. Más y mejor, pronto, en este blog. Espero veros a todos. ¡¡Besosss!!

lunes, 23 de septiembre de 2013

DEXTER (Reseña de la octava temporada y valoración final de la serie)

Damas y caballeros, por fin ha llegado... después de ocho largos años, de ocho temporadas (la mayoría excelentes, aún con sus fallos, algunas un poquito más flojas, pero de eso hablaremos al final) Dexter, una de las mejores series de los últimos tiempos, ha llegado a su fin. Y qué puedo deciros... ha sido una temporada que me ha dejado muchas emociones y sentimientos encontrados. De un lado, le he visto fallas, evidentemente. Esperaba que la muerte de Laguerta trajera consecuencias en esta temporada, mucho más allá de las que ha acarreado simplemente en la relación de Dexter y su hermana adoptiva Debra. Me esperaba que Batista siguiera la investigación, y que hubiera presión para Dexter en ese sentido. Hubiera sido muy interesante, y una trama lógica seguir por ese camino. Pero es un camino que la serie no se ha atrevido a recorrer, y casi estaba claro desde el comienzo que era algo que difícilmente veríamos. En lugar de eso, han decidido seguir por otros derroteros, que han aportado a mi juicio cosas muy interesantes e inesperadas, y que han servido para dar a la serie un final correcto, y adecuado, que si bien hubiera podido ser mejor (más dramático o más feliz) ha conseguido emocionarme y me ha parecido razonable. Y en otro orden de cosas, me habría gustado llegar a ver a un Harrison más mayor, adolescente quizá, y que la relación padre e hijo hubiera sido el cierre de la serie, pero tampoco es una opción que hayan valorado, a pesar de los pequeños saltos en el tiempo.

En esta temporada se ha explorado más que nunca la relación entre Dexter y Deb. Pero después de todo lo sucedido en las temporadas anteriores, de como ella descubrió la realidad sobre su hermano al finalizar la sexta, y de todo lo acontecido en la séptima (en especial el asesinato de María Laguerta) esa relación ha quedado muy lejos de las cervezas y las confesiones a las que nos tenían habituados. La relación estaba más dañada que nunca, y Deb también. Ambas cosas, tanto ella como su relación con Dexter, han tenido que ir recomponiéndonse poco a poco a lo largo de la temporada. Y yo diría que lo han conseguido. Hemos visto una Deb más perdida que nunca, y todo debido a esa mala idea del enamoramiento medio incestuoso que se nos ha traído con Dexter. En las dos temporadas anteriores me ha parecido que el personaje perdía toda su fuerza, su interés y su fuelle debido a ese tema, que no me convencía para nada. Me alegro de que al menos, haya tenido un fin lógico, y de que nuestra Deb haya ido volviendo a lo largo de la temporada a ser ella misma. La relación con Dexter se recompuso, y aunque la distancia estaba allí, al final ambos volvieron a ser lo que eran: dos hermanos que se amaban como tales, y punto. Lo que nunca debió dejar de ser, pero con las lecciones aprendidas que analizaremos en el acto final. Y si ha habido un personaje que ha ayudado a Dexter y Deb a recomponer su maltrecha relación y que nos ha aportado una visión bastante interesante, esa ha sido sin duda la doctora Evelyn Vogel, creadora real del Código que asesoró al padre adoptivo de Dexter Harry Morgan, para ayudarle (muy simbólico por cierto que Harry, la eterna voz de la conciencia, desapareciera de las visiones de Dexter en un punto de esta temporada, alegando que este ya no le necesitaba) Las relaciones entre padres e hijos siempre me han parecido de alguna manera, un tema central en esta serie. El personaje de Evelyn, además de revelarnos el origen del Código (cosa que aunque pudiera parecer algo forzado a estas alturas, y entendería esa crítica, a mi me ha resultado interesante) nos ha permitido reflexionar un poco sobre la figura materna y su vital importancia en la vida, cosa que estaba muy abandonada en Dexter desde los comienzos de la serie, cuando supimos de su madre biológica, Laura Moser, y como esta fue brutalmente asesinada. La doctora Vogel nos ha traído además de su mano al último enemigo de Dexter, su propio hijo, Daniel, más conocido como Oliver Saxon, que aunque solo ha permanecido poco menos de media temporada, ha resultado ser un rival formidable, una buena horma del zapato de Dexter que no se lo ha puesto nada fácil en este final. Y antes de llegar a cerrar el tema, no podemos no hacer mención a la mujer más completa e interesante que se haya cruzado en la vida de Dexter. En esta temporada hemos contado de nuevo con la presencia de Hannah McKay (Yvonne Stravisnky) y con ella, el amor, la pasión, la dulzura, la sensualidad, la inteligencia... y la posibilidad abierta de un futuro feliz para nuestro protagonista. Pero naturalmente, las cosas no podían ser perfectas, ¿verdad?

Llegados al final, debo decir que los últimos tres episodios, y sobre todo, el último, han sido bastante emocionantes de ver. Hemos visto a Dexter despedirse de Miami, enfrentarse a su último rival, y hemos soñado con que él y Hannah tuvieran un final feliz, con nueva vida incluida en Argentina. A esa esperanza nos aferrábamos todos, pero al final, se ha impuesto la cruda realidad. Claro que me hubiera encantado ver a Dexter y Hannah con un épico "Happy Ending" , viviendo felices con el pequeño Harrison en una granja de la Pampa. O tal vez, todo lo contrario... una cruenta repetición de la muerte de Rita, en que Dexter llegara a la linda granja en Argentina, y encontrara a Hannah y al niño muertos (a manos de Saxon, o de quien fuera) Pero no, no ha sido eso por lo que han optado. En vez de eso, hemos visto a Dexter despedirse de Deb, cuya muerte me esperaba a raíz de unas declaraciones de Jennifer Carpenter de hace no mucho tiempo, y también era de esperar por el modo en que su personaje se ha ido recomponiendo en esta temporada. Ha sido una despedida amarga, que me ha conmovido a pesar de todo. Y por un momento, parecía la despedia de Dexter también... pero no hubiera sido muy lógico, puesto que los psicópatas no suelen tener tendencias suicidas. Al final cierra agridulce para esta serie, como debe de ser en las grandes historias: nos alegramos de que Hannah y el pequeño Harrison estén bien y a salvo, pero lloramos la muerte de Deb. Nos alegra que nuestro antihéroe y protagonista siga vivo, pero nos entristece su soledad. Tras la muerte de su hermana, es lo que Dexter elige: después de todo, siempre le fue mejor solo. Y así, redondeamos la jugada y le dejamos donde comenzó: como un asesino solitario, lo que quizá siempre fue.


En resumen, creo que hemos asistido durante ocho años al espectáculo de una excelente serie, con sus puntos flojos, por supuesto, entre los cuales destaco la tercera, sexta y séptima temporadas que me han parecido las peores, y positivamente, las demás, destacando sobre todas la cuarta, seguida por la quinta y por esta última. Durante ese tiempo, hemos conocido a Dexter como a un antihéroe y un psicópata único y muy especial, debido al Código. Una criatura única en su especia, podríamos decir. Le hemos visto construir a su alrededor una vida casi ficticia, en la que creyó poder ponerse la máscara para ocultar a su oscuro pasajero. Le hemos visto en su trabajo, en la vida familiar, como esposo, padre, hermano, amante. En muchas ocasiones, creyó equivocadamente que podría ser alguien distinto. Pero al final, la máscara se ha derrumbado. Después de todo lo vivido: años como forense en Miami, una familia, un hijo, numerosos amores (por cierto, analizaremos de nuevo en algún momento el tema de las mujeres de Dexter, hay que actualizar esa entrada, y la ampliaremos con muchas cosas más) Dexter elije desaparecer con su Oscuro Pasajero... ¿hubiera podido ser feliz junto a Hannah y con su hijo, o su lado más oscuro les hubiera consumido también a ellos? Nunca lo sabremos, y quizá es mejor así. Termina una estupenda serie, que echaré mucho de menos, pero nos quedan muchas más, y la temporada americana esta ahora mismo empezando, así que las reseñas no van a parar. Y descuidad, que no será la última vez que hablemos de nuestro amigo Dexter por aquí. Ah, y por cierto... 96 veces. Han sido 96 veces, una por cada episodio, que ha muerto en mosquito de esa magnífica intro que es, como mucho, el más genial minuto y medio de la televisión mundial, y con la que cerramos la entrada. ¡¡Nos vemos pronto, gente!!

sábado, 21 de septiembre de 2013

LA LADRONA DE LIBROS (Reseña y recomendación)

"Érase una vez un pueblo donde las noches eran largas y la muerte contaba su propia historia. En el pueblo vivía una niña que quería leer, un hombre que tocaba el acordeón y un joven judío que escribía cuentos hermosos para escapar del horror de la guerra. Al cabo de un tiempo, la niña se convirtió en una ladrona que robaba libros y regalaba palabras. Con estas palabras se escribió una historia hermosa y cruel que ahora ya es una novela inolvidable". Quería comenzar mi reseña con estas mismas palabras que están escritas en la contraportada de la edición de bolsillo de este libro que me he leído, porque me parece que son las que mejor lo describen. Que puedo decir, había tenido el libro más de una vez entre las manos, y sabía que había recibido buenas críticas. Al leerlo, me he encontrado con una maravillosa novela, dura y cruel al narrar los horrores de la peor guerra que ha vivido la humanidad hasta ahora (la Segunda Guerra Mundial) pero también, llena de dulzura y de esperanza. Y todo gracias a una niña, una asombrosa niña de gran fortaleza de espíritu que llena su mundo de libros e historias, que no solo acabarán llenándola a ella, sino a todos los que le rodean. La historia esta además contada por una sorprendente narradora, cuya identidad no voy a revelar, pero que nos sitúa convenientemente fuera de la naturaleza humana, para observarla y analizarla desde el punto de vista de un espectador, parándonos a ver, y además en medio de las duras circunstancias de una guerra, lo mejor y lo peor de lo que somos capaces, y fascinándonos con ello como siempre que nos paramos a pensarlo.

En medio de la guerra, Liesel Meminger se separa de su madre, al ser dada en adopción a los Hubermman. Es en ese momento cuando una afición suya llamará la atención de nuestra narradora: la niña siente una fascinación por los libros, aunque no sabe apenas leer, y a menudo, suele robarlos. Es ahí donde Liesel descubrirá algo en lo que yo creo firmemente: el poder de las palabras. Su poder para persuadir a la gente, como hizo Hitler con una nación entera, llevándola a la guerra y la destrucción, o al contrario, en lugar de para extender el odio, su poder para unir a las personas, como le ocurriá a Liesel con su nuevo padre adoptivo, Hans, o con Max, el joven judío al que ocultan en su casa. Las palabras serán la base de su relación con ellos, y la niña aprenderá su importancia. Palabras para alejarse del horror, o para combatir el odio. Palabras para hacerse oir y contar tu historia. Mientras nuestra peculiar narradora nos cuenta la vida de Liesel y del resto de vecinos de Himmelstrasse, asistiremos a la revelación de lo importantes que son las palabras, y de cómo están deberían sonar siempre mucho más alto que las bombas. La ladrona de libros, Liesel, es un personaje con el que me sentido fácilmente identificada, sobre todo por su amor por los libros, y también la considero una heroína de gran fuerza interior. En cuanto al resto de personajes, se dejan querer fácilmente, sobre todo los padres adoptivos de Liesel, Rosa y Hans, su mejor amigo Rudy, y Max, el joven judío de los cuentos que seguro os encantarán. No dudo para nada en recomendaros este precioso libro, que cuenta una historia difícil y triste, pero llena de luz y de esperanza, una esperanza puesta en el valor de las palabras que nuestra sociedad parece estar olvidando cada vez más. Una novela sencilla, con alegrías y con tristezas, como la propia vida, que os cautivará y que a mí, personalmente, ha conseguido conmoverme. Se prepara una adaptación al cine, según acabo de enterarme, que al parecer y según me informa la conocida página Internet Movie Database, llegará a España el próximo 21 de marzo, y que no me voy a perder, aunque como siempre, auguro que el libro será mejor, pero quiero verla igualmente. Cierro la reseña con el trailer, ya disponible en youtube, y subtitulado en español, para que vayais abriendo boca y os animéis a leer este hermoso libro, que seguro que os encantará.

martes, 17 de septiembre de 2013

EL PRINCIPITO (Precioso libro que os recomiendo, y reflexión personal)

Imagino que muchos lo habréis leído ya, y sabréis el libro tan precioso que es. Otros, quizá no, y no sé a que esperáis para descubrir una de las más maravillosas obras jamás escritas, que seguro que os va a animar y ayudar mucho en la vida. El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry, es un libro sencillo, humilde, bonito, que, a través de la figura de un misterioso y bello niño. alegre y de cabellos dorados, nos invita a reflexionar sobre lo que significa crecer, sobre las diferencias entre los niños y los adultos, y nos invita sobre todo a seguir mirando el mundo con la simpleza de los ojos de un niño, y a escuchar al que todos llevamos dentro. Después de dejar su pequeño asteroide, y en él, a su linda rosa, el Principito emprende un viaje por todo lo largo y ancho del universo, encontrándose con todo tipo de variopintos personajes, y al final, recala en la Tierra, donde haya al autor, el piloto, en un apuro en medio del desierto. Es ahí donde traban amistad, y donde la inocencia sencilla del niño marcará para siempre al adulto con el que se ha encontrado. Es un libro que se lee casi solo, que parece contar una simple fantasía, pero que nos habla de algo muy importante: los adultos pensamos que lo sabemos todo, le damos importancia a cosas que no la tienen, y nos olvidamos de cosas realmente importantes y necesarias. Incluso siendo adulto, es bonito, y muy necesario para no volverse del todo loco, diría yo, seguir escuchando esa voz del niño que todos llevamos dentro. Con ayuda de esa voz, podremos comprender las cosas de otra forma, mirar nuestros problemas de otra manera, y seguir aprendiendo y creciendo. Porque he aquí un gran secreto, amigos: en realidad, creo que nunca, nunca dejamos de crecer. No hablo de crecimiento físico, o de madurez emocional, eso son otras cosas... yo me refiero al crecimiento auténticamente valioso, es decir, al crecimiento personal. A las cosas que te hagan ser más grande, mejor persona, que te aporten de verdad. E incluso, de adultos, nos encontramos con esas cosas. Debemos seguir creciendo y afrontando retos. Con las cosas que nos pone la vida de pro medio, seguimos aprendiendo tengamos 10 años o 100.

Últimamente, he reflexionado mucho acerca del tema y esa es la conclusión a la que he llegado: que mientras estamos vivos, nunca dejamos de crecer. Aún con todos mis defectos, mis miedos e inseguridades, me gusta la mujer en que me he convertido en muchos sentidos. Y sé que puedo ser aún mejor, que puedo seguir superando bloqueos, que puedo seguir aprendiendo y creciendo a muchos niveles, aunque me queden pocos meses para cumplir los 30. ¿Y qué? ¿Significa eso que debo enterrar del todo a esa niña dichacharera, aventurera, y de imaginación poderosa que no le temía a nada? En absoluto. Lo que quiero es seguir siendo ella, pero en versión adulta. No renuncio a mi imaginación, y quiero ver cada nuevo obstáculo que surja como lo veía cuando era pequeña: como una oportunidad para una nueva aventura, para poder llegar más alto y superarme a mi misma, no como algo que tenga que entorpecer mi camino, o algo insuperable que no pueda afrontar. Hoy, el muro de detrás del parque de mi barrio no parece tan grande como entonces. Recuerdo que solía jugar a escalarlo, y que imaginaba que era una alpinista en medio de una gran montaña nevada, e iba incluso grabando los diarios de semejante aventura. Se que los obstáculos de hoy son otros distintos, por supuesto, pero si logré coronar la cima esa montaña, ¿Qué me impide superarlos? Solo la diferencia de perspectiva. Boa con un elefante dentro, o un sombrero, tu eliges. Por supuesto que hay momentos para ponerse el traje de persona mayor y discutir de política, y otros para preguntarse si, en algún rincón remoto del universo, un cordero se ha comido o no a una rosa. Si me gusta la adulta que soy, es porque la he construido sobre la base de esa niña, y me parece demasiado importante como para olvidarla del todo, ¿no os parece? No es un equilibrio fácil, pero creo que merece la pena crecer sin perder del todo de vista esa perspectiva: lo esencial es invisible a los ojos. A los que hayáis leído el libro, siempre es buen momento para leerlo otra vez, y las que hagan falta, porque el Principito es uno de esos clásicos hermosos que nunca fallan. Y a los que no, de nuevo os lo recomiendo. Quizá os ayude a reflexionar sobre lo que entendemos por crecer, como a mí. Y nunca, nunca olvidéis que ese niño o niña que fuísteis, es la base del adulto que sois hoy, así que tomaros algo de tiempo para escucharle de vez en cuando. Y ahora, cerramos con una pocas fotitos, y.... ¡¡chan chan cha, podcast del libro que he grabado!! Espero que os gusten.

El Principito, en una de las ilustraciones del propio autor

La frase: "lo esencial es invisible a los ojos"

Otra gran frase
Sombrero, o boa con elefante dentro, tú eliges

A este libro como veis no le faltan grandes frases

El Principito y su rosa...

¡¡Y mi foto favorita de pequeña!! Caramelo de fresa en Carnaval. ¿Estoy mona, o qué?

Y como colofón final, no nos olvidemos de... ¡¡los podcast!! Espero que os gusten. Más y mejor, muy pronto en Mi Pequeño Mundo: 



viernes, 13 de septiembre de 2013

ESPECIAL DISTOPÍAS PARTE II: Dos clásicos imprescindibles

¿Cómo estáis? Disculpad si esta segunda parte ha tardado un poco en llegar, pero he estado ocupada haciendo unas cosillas, y además, llevo toda la semana mala con un catarro que ya este remitiendo en estos momentos. Pero lo prometido es deuda, así que aquí esta la segunda parte del especial de distopías, en las que analizaremos dos obras esenciales para comprender este concepto y género distópico. Sin duda, todas las obras que mencionamos en la parte anterior, ya fueran libros, cómics o películas, beben de estas dos y no entenderíamos de que queremos hablar cuando mencionamos la distopía sin estos dos clásicos, que son para mí de obligada lectura para cualquier lector apasionado, en especial si gusta de los relatos de ciencia-ficción como yo. Esos dos libros que menciono, son, cómo no, 1984 de George Orwell y Un mundo feliz de Aldous Huxley. Ambos tienen estilos diferentes, pero se les puede considerar distópicos al 100% aunque aborden el tema desde perspectivas distintas. Ahora veremos un poco más sobre sus autores, tendremos un rápido resumen y reseña personal de cada una de las obras, y de sus adaptaciones al cine, y una conclusión final sobre ambas. Espero que os resulte interesante.

1. GEORGE ORWELL:


George Orwell (1903-1950) fue ante todo, un ensayista y humanista, que plasmó su forma de ver el mundo en sus novelas. Viajó mucho, participando incluso en conflictos como la Guerra Civil española o la Segunda Guerra Mundial. Recibió una educación tradicionalmente inglesa, y trabajó como editor de varias revistas. Sus viajes le abrieron a otras ideas, desarrollando un pensamiento que podríamos considerar de izquierdas, sí, pero que ante todo, defiende la libertad y aborrece de cualquier forma de totalitarismo, cosa que criticó en otra de sus novelas más reconocidas. Rebelión en la granja. Pero sin duda, donde más criticaría el totalitarismo sería en 1984, obra en que acuñó el concepto muy usado después de el Gran Hermano, que todo lo sabe y todo lo vigila. De la Guerra Civil española escribiría también varios libros. Curiosamente, es sobre todo conocido por sus dos últimas novelas, aunque sus experiencias trabajando casi en la pobreza las plasmó en una de las primeras, Sin blanca en París y Londres. Es entonces cuando contrajo la enfermedad que años después le mataría, la temida tuberculosis. Antifascista y antiestalinista, para Orwell, "en tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario"

2. 1984: RESUMEN Y RESEÑA:


El libro se sitúa en Londres en el mismo año del título, pero en un Londres 1984 muy distinto del que fue, debido seguramente a un inesperado resultado de la Segunda Guerra Mundial, o de la posterior Guerra Fría. El mundo se divide solo en tres superpotencias: Eurasia, Asia Oriental y Oceanía, a la que pertenecen las islas británicas y el continente americano, así como algunos territorios de África. Cada uno de estos territorios vive bajo el yugo de dictaduras de corte estalinista, es decir, con un partido único, y lealtad suprema a un líder. El de Oceanía es el Gran Hermano, que vigila con celo todo lo que hacen, o incluso piensan los habitantes. En esa dictadura "la guerra es la paz, la esclavitud es la libertad, la ignorancia es la fuerza". En un mundo gris, frío y opresivo, rodeado de mentira y de manipulación Winston Smith trabaja en el Ministerio de la Verdad. Irónicamente, su trabajo consiste en todo lo contrario: mentir y manipular los medios de comunicación según la voluntad del partido y del Gran Hermano. Winston se pregunta si es el único que se da cuenta de tanta mentira, o si hay, o alguna vez hubo, una forma distinta de vivir. Su vida da un vuelco cuando en ella entra una joven rebelde llamada Julia, y juntos, intentarán arrancar algo de felicidad al mundo funesto en el que viven. 

Sin duda, lo que más se aprecia en el libro es su crítica al totalitarismo y al estalinismo, pero es destacable el uso de la ironía para reflejar lo terrible de esta sociedad distópica. El Ministerio de la Verdad se encarga de la mentira, el del Amor, de la tortura, y el de la Abundancia, del hambre. Todo ello resume perfectamente el concepto del partido del doblepensar: ajustar la mente y olvidar lo que uno sabe que es cierto o no, anular el criterio propio y adoptar sin más cuestiones el que impone el partido. Tal es el nivel de opresión, que las telepantallas no pierden detalle de uno ni mientras duerme, y el lenguaje también esta siendo mutilado y ajustado para responder a las necesidades del partido. El yugo del Gran Hermano se impone sobre el pensamiento, la verdad, la historia que manipula sin escrúpulos ("quien controla el pasado, controla el futuro") el sexo y la vida personal de la gente. En medio de todo esto, el lector puede sentir esta presión horrible, igual que la siente Winston. Y respira aliviado cuanto este encuentra un poco de felicidad en brazos de Julia... Julia, morena, de piel blanca, pecosa, pequeña y menuda. Al menos yo me sentí así al leer cada uno de sus encuentros en aquella habitación alquilada, encima de la tienda de antigüedades, que llega a convertirse para la pareja en su propia versión del Paraíso. Y aunque no revelo el final, si debo hacer hincapíe en la demoledora sensación de Edén perdido cuando Winston y Julia son descubiertos, expulsados desnudos del paraíso de su habitación, como Adán y Eva tras morder la manzana. Porque saborear placeres tales como una buena taza de café, una onza de chocolate, leer un libro prohibido o hacer el amor son demasiado para el mundo en el que viven. Lloré con ellos la pérdida de su paraíso y de su libertad, y el final es aún más demoledor, más devastador y duro de lo que nunca hubiera esperado. Y sin embargo, es perfecto para esta historia, que nos habla de nuestra propia derrota también. 

3. 1984: LA PELÍCULA:


La versión cinematográfica de esta libro fue, curiosamente, estrenada en el mismo año del título, y no solo eso, fue rodada en el mismo período que describe el diario del protagonista, entre abril y octubre el año 1984, y en Londres, además. Sigue también las directrices que la viuda de Orwell dio a la hora de ceder los derechos: no tiene una estética futurista, de blanco neutral y limpio, sino que refleja muy bien la densa opresión que el libro relata. Tiene sus fallos, por supuesto, pero la mayoría se pueden achacar al estilo ochentero del momento, y a los recortes en algunos detalles que son típicos encontrar en cualquier adaptación. Las interpretaciones de John Hurt y de Suzanna Hamilton como Winston y Julia me parecieron destacables, eran bastante como yo los imaginaba. Y si bien hubo cambios y recortes, también otros momentos del libro estuvieron calcados y trasladados literalmente. En general creo que es una excelente adaptación que sin duda os recomiendo ver también para entender esta obra.


4. ALDOUS HUXLEY: 


Aldous Huxley (1894-1963) pertenecía a una notable familia de intelectuales. También recibió una esmerada educación, al más puro estilo del joven caballero inglés, que complementó con numerosos viajes. Escribió sobre numeroso temas, desde divulgación científica, viajes a otros más místico o relacionados con temas espirituales o de ocultismo. Muchas de sus obras fueron llevadas al teatro y al cine. Se interesó por la psicología y el tratamiento de las enfermedades mentales, así como la ciencia, la cultura y la sociedad. Esto se refleja perfectamente en el mundo feliz creado en su novela del mismo título, donde pretende reflexionar sobre como equilibrar los avances sociales y científicos con la auténtica libertad y felicidad del ser humano, sabiendo lo difícil que es crear ese equilibrio sin caer en la distopía. Murió de la misma enfermedad que le había arrebatado a su esposa años antes, y que sigue segando las vidas de muchas personas, el cáncer.

5. UN MUNDO FELIZ: RESUMEN Y RESEÑA: 


Ambientado, esta vez sí, en un futuro distante, en esta obra cada ser humano es directamente, fabricado para un destino. Desde antes de su nacimiento, en laboratorios por supuesto, y no de forma natural, se les prepara y condiciona para pertenecer o bien a las clases más altas (Alfas y Betas) o a las más bajas (Deltas, Gammas y sobre todo, Epsilons) La manipulación de los fetos durante su desarrollo, y el posterior condicionamiento conductista al que los niños son sometidos da como resultado seres humanos que no solo están perfectamente preparados para la función que de ellos se espera, sino que, también, aman lo que son y lo que hacen, pues han sido condicionados para ellos, incluso las castas más bajas. Pero al viajar fuera de ese entorno controlado de Londres a una reserva india en América del Norte, donde los seres humanos aún viven como tales, y nacen de manera natural, la joven de clase beta Lenina conocerá a John, un salvaje nacido en curiosas circunstancias, que desea ver el mundo del que Lenina viene. El encuentro de John con la sociedad supuestamente civilizada será lo que nos aporte el conflicto y reflexión final de este libro. 

Un mundo feliz es más bien una distopía disfrazada de utopía. Como todos los seres humanos, ocupen el lugar que ocupen, tienen su función en la sociedad y se sienten satisfechos debido a su condicionamiento, y no se reprime el deseo, el sexo, o la creatividad, todo parece ir bien. Parece que estemos ante una sociedad limpia, justa dentro de sus medidas, y bien organizada. Pero... cuidado, porque el personaje de John, el salvaje, nos hará ver que nada de esto es así. Por supuesto que hay orden y paz, pero ¿a qué precio? Con todo decidido desde que uno es un cigoto, ¿no se ha perdido acaso toda la espontaneidad, la incertidumbre, las preguntas acerca del destino que se hace todo ser humano? Si nadie sufre, ama, ríe, o llora, y todos están sumidos en una perfecta y organizada falsa felicidad, ¿qué hay de las emociones, del arte, de la expresividad que nos caracteriza? John se hará con el lector todas esas preguntas, reivindicando como bien dice su "derecho a ser desgraciado", y preguntándose, como Hamlet, si no es mejor sufrir las piedras y flechas de la fortuna, y llorar con lágrimas auténticas, haciendo frente a la adversidad, que pasarse la vida con la tonta sonrisa de una felicidad artificialmente creada. 

6. UN MUNDO FELIZ: LA PELÍCULA:


Hay varias adaptaciones al cine de esta obra, según he podido averiguar, desde una de 1980 a otra para televisión más reciente. Tristemente, no he podido ver ninguna. La que encontré online era de calidad tan mala que apenas se podía ver, y de youtube todas han sido borradas, censuradas por derechos de autor (si, empleo la palabra censura porque es así como me siento, censurada por no haber podido ver una película con la que complementar mi entrada) Quizá algún día encuentre algo al respecto y os lo pueda comentar, de momento, lamento mucho no poder ofreceros más. 

En resumen, estamos ante dos clásicos del género que no se pueden dejar de ver. Si uno piensa en distopías, piensa en estas dos obras, aunque cada una tenga un estilo distinto. En 1984 nos encontramos con un ambiente opresivo, una atmósfera que parece pesar según uno avanza en el libro, y un final demoledor que rompe hasta el corazón más duro. En Un mundo feliz, nos encontramos ante una gran mentira muy bien tejida, que nos lleva a pensar qué merece más la pena, si dejarnos llevar o volver a sentir auténticamente, aunque tenga que ser sufriendo. La distopía nos permite pensar en cosas de gran importancia, bajo la fachada de una historia de ficción. Yo recomiendo que os acerquéis a estas historias, las leías a vuestra manera y saquéis conclusiones al respecto. Están hechas para ser disfrutadas, sí, pero sobre todo, pensadas. Y nada más por hoy. Pronto, más y mejor en el blog, y a ver si no os hago esperar tanto.

jueves, 5 de septiembre de 2013

ESPECIAL DISTOPÍAS: PARTE I: DEFINICIÓN Y EJEMPLOS

Amigos lectores, al fin empezamos con el especial, que he tenido que posponer a causa de los exámenes, y que ya tenemos aquí. Nace debido a lo flojia que creo que quedó aquella entrada que hice de mundos postapocalípticos, en la que no llegué realmente a hace lo que quería: reflexionar sobre lo que significa situar una historia, más que en un postapocalipsis, en un mundo distópico, ya que es un término mucho más adecuado para lo que yo quería expresar. Pero, de entrada, ¿qué es eso de la distopía? Para definir este concepto, nos podemos ayudar del esquema que encontrado en google imágenes, y que ignoro quién ha hecho (no es mío, que eso quede claro) pero que resulta muy útil. La distopía esta íntimamente relacionada con los viajes en el tiempo, o al menos, con situar una historia en un hipotético futuro alternativo, o aún en un pasado alternativo, aplicando el concepto de "y si".... ¿Y sí algún acontecimiento importante del pasado no hubiera sucedido, cómo hubiese afectado a la historia? Partiendo de esos cambios temporales, si todo sale bien, podemos como indica en esquema llegar a un final feliz, a la utopía, que sería lo contrario de lo que buscamos, es decir, un mundo en que todo iría bien y perfectamente. Pero si nos perdemos, si algo sale mal en algún punto... entonces llegamos a la distopía, a un modelo de historia en el que, como indica nuestro útil esquema, todo lo que ha podido salir mal, ha salido mal. Es la Ley de Murphy aplicada de forma terrible e implacable. En las distopías, encontramos pasado, presente y futuro afectados por todo tipo de males: regímenes totalitarios, pobreza, hambre, guerras, plagas. Mundos asolados hasta los cimientos, e historias cuyos protagonistas luchan por salir adelante y conservar la dignidad de su espíritu humano. Bajo la terrible sombra de la distopía, no solo se pueden construir excelentes historias fantásticas o de ciencia-ficción, sino que también, se nos invita a reflexionar acerca del camino que está tomando la humanidad, acerca de temas como el bien y el mal, lo que nos hace humanos o cómo conservar la esperanza en un mundo desolado. Igualmente, no esta exenta la crítica social, ni la advertencia sobre los peligros a los que nos vamos acercando: una sociedad deshumanizada, ciencia y tecnología aplicadas de manera irresponsable, relativismo moral en que todo vale, contaminación, violencia... todo ello puede llevarnos muy fácilmente a la destrucción, si no le ponemos remedio. Es por ello que las distopías, esas historias que nos presentan la peor de las alternativas, impactan de manera tan directa en nuestras mentes y nuestros corazones. Reflejan nuestros peores temores y el lado más oscuro del ser humano, nos hablan de nuestro potencial para el mal y para el bien, y calan hondo en la imaginación. Pueden ser un excelente libro, cómic, película o videojuego... o en el peor de los casos, una triste profecía autocumplida sobre el destino del ser humano. Una vez hemos definido y situado el concepto, veamos ahora algunos buenos ejemplos de lo queremos decir cuando hablamos de distopías, presentando algunas historias más clásicas y otras más nuevas, que responden a este arquetipo:

H.G. WELLS, EL GRAN CREADOR: 


Si hay un autor clásico al que podemos considerar no solo uno de los padres de la ciencia-ficción moderna, sino también, el gran creador de la distopía, ese es sin duda, Herbert George Wells. Con imaginación y talento, este escritor se adelantó a su tiempo, advirtiendo en sus novelas como La isla del doctor Moreau, o El hombre invisible sobre los peligros del uso de la ciencia de forma poco ética o responsable, cosa que le preocupaba hasta el punto de la obsesión, puesto que estamos hablando de un hombre que vivió en un momento de grandes descubrimientos científicos. Cuando nació en 1866, la gente aún iluminaba sus casas con velas, y los avances científicos se veían con gran ingenuidad e inocencia, como algo imparable que mejoraría las vidas de la gente, y no como también, un potencial peligro de autodestrucción si no venían acompañados de la ética y la responsabilidad moral al usarlos. A su muerte en 1946, Wells, había contemplado no solo grandes avances científicos y técnicos, sino dos guerras mundiales, la segunda de las cuales acabó con el estallido de una bomba atómica (cosa que él mismo había profetizado en un relato distópico tan solo un año antes de Hiroshima...) En La maquina del tiempo, Wells nos lleva a un distante futuro, donde no solo viajamos en el tiempo, sino que dos especies humanas bien diferenciadas, los pacíficos Eloi y los caníbales Morlocks, vienen a representar la lucha de clases sociales, y muy curiosamente, son los de abajo los que devoran a los de arriba, ya que los Morlocks, subterráneos, crían a los Eloi para alimentarse de ellos. El tema de las diferencias entre ricos y pobres es tratado en las distopías muy a menudo, eso lo veremos pronto. En otra de sus novelas, La Guerra de los mundos, es una invasión alienígena lo que nos lleva a reflexionar sobre el colonialismo, la esclavitud, sobre si la humanidad luchará o no unida contra el invasor, aunque con un final sorprendente. Como veis, en sus historias distópicas y de ciencia-ficción Wells pretendía hacernos pensar en todas estas cosas, ayudar con esos relatos apasionantes a que la humanidad tomara mejores decisiones, para no acabar, como el tanto temía, autodestruyéndonos.

DÍAS DEL PASADO Y DEL FUTURO  Y LA ERA DE APOCALIPSIS, DISTOPÍAS DE MARVEL: 


En la primera historia, mítica de Marvel y protagonizada por los X-Men, es un acontecimiento, el asesinato del senador Robert Kelly, el que sirve de punto de partida a la distopía. Desde ese momento, los Centinelas, terribles robots gigantescos diseñados para cazar y matar mutantes, se hacen con el control de América del Norte, con consecuencias espantosas. Los mutantes son exterminados, o conducidos a campos de concentración. Desde uno de esos campos, Kitty Pryde, la benjamina de la Patrulla-X por aquel entonces, viaja desde el futuro (casi ya no futuro, puesto que viaja desde este mismo año 2013 a 1981, el año de publicación de la historia) para advertir a sus compañeros y tratar de salvar la vida del senador. Aunque lo consiguen, esto no significa que hayan impedido que ese horrible futuro llegue a pasar. Debemos recordar otro elemento importante: el efecto mariposa. Aunque Robert Kelly viva, cualquier otro mínimo
acontecimiento puede aún alterar las cosas y mandar a todos los mutantes, incluidos los X-Men, sus aliados y sus enemigos, directos a la peor de las pesadillas. Días del pasado y del futuro contará con una adaptación cinematográfica para el próximo año, de la cuál ya hablaremos en su momento largo y tendido, porque pienso verla. De momento solo decir que, a pesar de los inevitables cambios, esta tomando una forma atractiva, y con suerte, veremos resurgir con fuerza la franquicia mutante, tras el ciasco que supuso X-Men 3

En cuanto a la segunda, la distopía de la Era de Apocalipsis, es una reflexión sobre como la existencia y los actos de un solo hombre pueden realmente cambiar el mundo entero. Y más si se trata de un hombre bueno, y de fe inquebrantable en su sueño de paz y convivencia como el mentor y fundador de los X-Men, el profesor Charles Xavier. Cuando un hijo de Xavier viaja al pasado, para asesinar a Magneto, el archienemigo de su padre, termina matando al profesor por accidente, ya que este intenta proteger al que, por entonces, era su gran amigo, antes de que cambiara y comenzara su rivalidad. Y como si fuera la versión oscura de ese eterno relato navideño llamado La vida es bella, borrar a Xavier, a un solo hombre, de la existencia, lo cambia todo. Sin el sueño de Xavier para inspirar a los X-Men y a otros mutantes, el malvado Apocalipsis toma el control. Solo Magneto recordará a su buen amigo, y tomará su lugar, convirtiendose en líder de la resistencia mutante, formada por muy diferentes versiones de los personajes ya queridos y conocidos. Una brillante vuelta de tuerca que, en 1995 y 1996 puso patas arriba el Universo Marvel.

WATCHMEN: 


La obra maestra de Alan Moore es un perfecto ejemplo de distopía del "¿y si...?" ¿Y si en los años 30, la publicación de los primeros cómics de superhéroes de DC, con Superman y Batman como protagonistas, hubiese inspirado a ciertas personas a entrenarse, y a salir a la calle con disfraces, y bajo la identidad de vigilantes, a combatir el crimen? ¿Cómo habrían cambiado los actos de estas personas el curso de la historia? Según el cómic, mucho. La existencia de los vigilantes nos lleva a un 1986 (año de publicación de la historia, que finalizo en el 87) alternativo, en el que Estados Unidos ganó la guerra de Vietnam, (gracias a los masivos poderes del doctor Manhattan) y Richard Nixon por tanto contó con la popularidad suficiente como para convertirse en presidente de los Estados Unidos de forma permanente. Sin embargo, todo esto lleva, en última instancia, no solo a prohibir las actividades de los vigilantes ("Who watches de Watchmen?") sino también al borde de una guerra nuclear que podría aniquilar a la humanidad, y que supone un argumento contrarreloj para los protagonistas. La distopía esta muy presente en la obra de Alan Moore, como por ejemplo, en V de Vendetta, otra de sus historias más destacadas, y que debo reconocer que aún no conozco, pero que me muero por descubrir pronto en cómic y en película, con una gran actriz como Natalie Portman.

DISTOPÍA EN EL CINE: TERMINATOR Y MATRIX COMO GRANDES EJEMPLOS: 


Sin duda el cine nos ha proporcionado innumerables ejemplos de grandes distopías, pero creo que escojo a estos dos como dos sagas destacadas en este campo. La saga Terminator arranca desde un futuro en el cuál máquinas y humanos mantienen una cruenta guerra, después de que una poderosa inteligencia artificial conocida como Skynet se rebelara. Una máquina, un temible robot de guerra, es enviado de vuelta a 1984, con la intención de impedir la existencia del futuro líder de la resistencia humana, John Connor, asesinando a su madre, Sarah. En una segunda parte, dos máquinas serían enviadas: la ya conocida, esta vez reprogramada para proteger a Sarah y a John, y otra con intención de matar a ambos. A partir de ahí, tercera parte con la colaboración de una rubia Terminatrix, relanzamiento con Terminator Salvation  y la serie de las Crónicas de Sarah Connor, pero ya sin el éxito abrumador ni la calidad de las dos primeras partes. En Matrix, la humanidad esta sin saberlo esclavizada por las máquinas, que llevan un tiempo indefinido usándonos como energía, mientras creemos estar en el mundo real. Como el esclavo ascendido de la caverna platónica, Neo, tras ser despertado por Morfeo, se une a la resistencia, y además de encontrar el amor en su compañera Trinity, y de hacer frente a un formidable enemigo como el agente Smith, su lucha y su sacrficio final liberarán a la humanidad. 

Dos grandes sagas que constituyen excelentes ejemplos de distopía, que nos hablan del espíritu humano de lucha, y que, con su temática de maquinas y tecnología, conectan con las advertencias que ya diera Wells en su día, además de dar juego para una estética cyberpunk, visualmente impactante para el cine y los videojuegos. Buenos ejemplos de lo que nos ocupa, aunque podríamos poner muchos más. 

LOS JUEGOS DEL HAMBRE: UNA GRAN DISTOPÍA MODERNA: 


No os dejéis engañar por su corte un poco más juvenil, ni por su final esperanzador y de reconstrucción. Aunque le veáis en las estanterías de literatura juvenil, la trilogía de Los Juegos del hambre constituye el ejemplo perfecto de una obra actual, moderna, con todos los elementos clásicos de la distopía. Tenemos una sociedad fuertemente totalitaria, con violencia, represión, hambre, pobreza y unas enormes diferencias entre los ricos hedonistas del Capitolio, y los pobres trabajadores de los Distritos de Panen. Y solo el espíritu de lucha de una joven, solo la llama de su rebelión logra inspirar de nuevo esperanza a la humanidad para salir de nuevo a la luz. Un futuro distópico, en el que no faltan males, alienación, manipulación, dolor y muerte, y una protagonista femenina decidida y fuerte son una mezcla estupenda que no solo ha logrado encandilar a muchos jóvenes, sino también a muchos adultos. Yo os la sigo recomendando sin duda. En cuanto a las adaptaciones al cine, la primera película de la saga cosechó gran éxito, y logró convencerme plenamente aún sin estar exenta de fallos, por supuesto. La segunda, que llegará a nuestros cines el próximo mes de noviembre, promete ser todavía mucho mejor, a juzgar por los trailers ya vistos. Con respecto al futuro de la saga, su último libro se dividirá. como ya es típico desde que lo hiciera Harry Potter, en dos partes, para dar más espacio a la narración, recortar menos del libro, y para mayor ganancia económica. Contará con la participación ya confirmada de una gran actriz como Julianne Moore, que interpretará a la presidenta Coin, y que se une a un gran elenco, liderado por una joven y talentosa protagonista como Jennifer Lawrence (la heroína de la historia, Katniss Everdeen) y a un veterano de oro como Donald Sutherland (nuestro villano, el presidente Snow)

Esto es todo por hoy. En la segunda parte del especial, nos centraremos a fondo en dos obras que, a mi juicio, y al de muchos más expertos que yo, son imprescindibles para entender el concepto de distopía, y que son, posiblemente junto con los conceptos de Wells, la base de la que parten todas las demás. Son, por supesto, 1984 de George Orwell, y Un mundo feliz, de Aldus Huxley. Ambas las analizaremos en profundidad en la próxima parte, y espero que os resulte interesante. ¡¡Nos vemos!!

miércoles, 4 de septiembre de 2013

COMENZANDO EL NUEVO CURSO... ¡¡BIENVENIDO SEPTIEMBRE!!

¿Qué tal todos? Imagino que con muchas cosas que hacer en este siempre activo mes de septiembre, volviendo al trabajo (el que sea tan afortunado... ) preparando todo para la vuelta al cole de los niños (el que los tenga) y disfrutando mientras tanto de este verano que pronto tocará a su fin. Septiembre siempre ha sido un mes que me ha gustado. Cuando era peque, era emocionante comenzar un nuevo curso, volver a ver a tus amigos del cole y aprender cosas nuevas, aunque hubiera que madrugar y hacer deberes, pero es que a mí siempre me gustó estudiar. Luego, más adelante, me siguió y me sigue gustando este mes, en el que, después del calor perezoso del verano, nos reactivamos con nuevos proyectos y nuevas cosas. Yo no soy una excepción, y tengo cantidad de planes para este mes y el que viene. De entrada, acabo de pasar los exámenes. Ha sido un solo día, pero bastante duro... bruta como soy, he querido presentarme por la mañana a una asignatura entera de dos parciales, y luego otro por la tarde. Los dos exámenes de la mañana me salieron genial, creo que aprobaré al fin, pero el de la tarde, mal. Me pudo el cansancio y me bloquee. Pero no pasa nada. Es una optativa y tengo varias soluciones al respecto, así que no me agobiaré por ello. Era mucho más gorda la otra asignatura, y estoy casi totalmente segura de que la sacaré. Ya os contaré que más pasa cuando tenga las notas. De momento, he cumplido también el ritual de limpiar algo en casa, que cuando estudio lo abandono un pelín ese tema, y de cortarme el pelo, para refrescar el cerebro, ja ja ja. En los próximos días, actualizaré mis perfiles de búsqueda de empleo con nuevos datos, como el curso de corrección que hice en julio, y de cuyo resultado estoy también pendiente, y me lanzaré a la búsqueda con fuerzas, esperemos que más que nunca. Mientras tanto, para octubre ya tengo actividades: me he apuntado en la Casa de la Mujer de Alcobendas al curso de alemán, y a un taller literario y de escritura, eso ya más por afición que otra cosa. Sabéis lo mucho que me gusta leer y escribir en este blog, y quien dice que no tengo talento para algo más que tontos fanfictions que dejo leer ocasionalmente a algún que otro amigo. Y por supuesto, he puesto como hago ya desde hace años el anuncio para dar clases de inglés particulares, a ver si me salen alumnos en abundancia.

Con respecto al blog, espero veros a todos por aquí porque tengo grandísimos planes. Habrá especiales de varios temas, entre ellos el de la distopía que tenemos pendiente desde hace tiempo, y que empezará a continuación, y reseñas, no olvidemos que Dexter, una de las series que llevo siguiendo desde sus comienzos esta a punto de emitir sus tres últimos capítulos a partir de la semana que viene, así que alcanzará su final más o menos a final de mes.Va a haber podcast con mi fabulosa voz de narradora (ja ja ja, o eso intentaré) que espero que os gusten, y si la inspiración me acompaña un poco, a lo mejor comenzamos un nuevo ranking. Tengo algunas ideas, aunque no están muy desarrolladas aún. En cualquier caso, no nos van a faltar temas en este mes de septiembre en el blog, que espero compartir con vosotros, además de contaros alguna vez de cuando en cuando como me sigue tratando la vida. Así que como veis, sigo la mar de activa, y con ganas de hacer cosas sobre todo ahora que ya va terminando el verano y empezamos un nuevo curso, que espero nos traiga a vosotros y a mí muchas buenas experiencias y sorpresas. ¡¡Besitos a todos, y espero veros por aquí!!

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