Amigos lectores, al fin empezamos con el especial, que he tenido que posponer a causa de los exámenes, y que ya tenemos aquí. Nace debido a lo flojia que creo que quedó aquella entrada que hice de
mundos postapocalípticos, en la que no llegué realmente a hace lo que quería: reflexionar sobre lo que significa situar una historia, más que en un postapocalipsis, en un mundo distópico, ya que es un término mucho más adecuado para lo que yo quería expresar. Pero, de entrada, ¿qué es eso de la distopía? Para definir este concepto, nos podemos ayudar del esquema que encontrado en google imágenes, y que ignoro quién ha hecho (no es mío, que eso quede claro) pero que resulta muy útil. La distopía esta íntimamente relacionada con los viajes en el tiempo, o al menos, con situar una historia en un hipotético futuro alternativo, o aún en un pasado alternativo, aplicando el concepto de "y si".... ¿Y sí algún acontecimiento importante del pasado no hubiera sucedido, cómo hubiese afectado a la historia? Partiendo de esos cambios temporales, si todo sale bien, podemos como indica en esquema llegar a un final feliz, a la utopía, que sería lo contrario de lo que buscamos, es decir, un mundo en que todo iría bien y perfectamente. Pero si nos perdemos, si algo sale mal en algún punto... entonces llegamos a la distopía, a un modelo de historia en el que, como indica nuestro útil esquema, todo lo que ha podido salir mal, ha salido mal. Es la Ley de Murphy aplicada de forma terrible e implacable. En las distopías, encontramos pasado, presente y futuro afectados por todo tipo de males: regímenes totalitarios, pobreza, hambre, guerras, plagas. Mundos asolados hasta los cimientos, e historias cuyos protagonistas luchan por salir adelante y conservar la dignidad de su espíritu humano. Bajo la terrible sombra de la distopía, no solo se pueden construir excelentes historias fantásticas o de ciencia-ficción, sino que también, se nos invita a reflexionar acerca del camino que está tomando la humanidad, acerca de temas como el bien y el mal, lo que nos hace humanos o cómo conservar la esperanza en un mundo desolado. Igualmente, no esta exenta la crítica social, ni la advertencia sobre los peligros a los que nos vamos acercando: una sociedad deshumanizada, ciencia y tecnología aplicadas de manera irresponsable, relativismo moral en que todo vale, contaminación, violencia... todo ello puede llevarnos muy fácilmente a la destrucción, si no le ponemos remedio. Es por ello que las distopías, esas historias que nos presentan la peor de las alternativas, impactan de manera tan directa en nuestras mentes y nuestros corazones. Reflejan nuestros peores temores y el lado más oscuro del ser humano, nos hablan de nuestro potencial para el mal y para el bien, y calan hondo en la imaginación. Pueden ser un excelente libro, cómic, película o videojuego... o en el peor de los casos, una triste profecía autocumplida sobre el destino del ser humano. Una vez hemos definido y situado el concepto, veamos ahora algunos buenos ejemplos de lo queremos decir cuando hablamos de distopías, presentando algunas historias más clásicas y otras más nuevas, que responden a este arquetipo:
H.G. WELLS, EL GRAN CREADOR:
Si hay un autor clásico al que podemos considerar no solo uno de los padres de la ciencia-ficción moderna, sino también, el gran creador de la distopía, ese es sin duda, Herbert George Wells. Con imaginación y talento, este escritor se adelantó a su tiempo, advirtiendo en sus novelas como La isla del doctor Moreau, o El hombre invisible sobre los peligros del uso de la ciencia de forma poco ética o responsable, cosa que le preocupaba hasta el punto de la obsesión, puesto que estamos hablando de un hombre que vivió en un momento de grandes descubrimientos científicos. Cuando nació en 1866, la gente aún iluminaba sus casas con velas, y los avances científicos se veían con gran ingenuidad e inocencia, como algo imparable que mejoraría las vidas de la gente, y no como también, un potencial peligro de autodestrucción si no venían acompañados de la ética y la responsabilidad moral al usarlos. A su muerte en 1946, Wells, había contemplado no solo grandes avances científicos y técnicos, sino dos guerras mundiales, la segunda de las cuales acabó con el estallido de una bomba atómica (cosa que él mismo había profetizado en un relato distópico tan solo un año antes de Hiroshima...) En La maquina del tiempo, Wells nos lleva a un distante futuro, donde no solo viajamos en el tiempo, sino que dos especies humanas bien diferenciadas, los pacíficos Eloi y los caníbales Morlocks, vienen a representar la lucha de clases sociales, y muy curiosamente, son los de abajo los que devoran a los de arriba, ya que los Morlocks, subterráneos, crían a los Eloi para alimentarse de ellos. El tema de las diferencias entre ricos y pobres es tratado en las distopías muy a menudo, eso lo veremos pronto. En otra de sus novelas, La Guerra de los mundos, es una invasión alienígena lo que nos lleva a reflexionar sobre el colonialismo, la esclavitud, sobre si la humanidad luchará o no unida contra el invasor, aunque con un final sorprendente. Como veis, en sus historias distópicas y de ciencia-ficción Wells pretendía hacernos pensar en todas estas cosas, ayudar con esos relatos apasionantes a que la humanidad tomara mejores decisiones, para no acabar, como el tanto temía, autodestruyéndonos.
DÍAS DEL PASADO Y DEL FUTURO Y LA ERA DE APOCALIPSIS, DISTOPÍAS DE MARVEL:
En la primera historia, mítica de Marvel y protagonizada por los X-Men, es un acontecimiento, el asesinato del senador Robert Kelly, el que sirve de punto de partida a la distopía. Desde ese momento, los Centinelas, terribles robots gigantescos diseñados para cazar y matar mutantes, se hacen con el control de América del Norte, con consecuencias espantosas. Los mutantes son exterminados, o conducidos a campos de concentración. Desde uno de esos campos, Kitty Pryde, la benjamina de la Patrulla-X por aquel entonces, viaja desde el futuro (casi ya no futuro, puesto que viaja desde este mismo año 2013 a 1981, el año de publicación de la historia) para advertir a sus compañeros y tratar de salvar la vida del senador. Aunque lo consiguen, esto no significa que hayan impedido que ese horrible futuro llegue a pasar. Debemos recordar otro elemento importante: el efecto mariposa. Aunque Robert Kelly viva, cualquier otro mínimo
acontecimiento puede aún alterar las cosas y mandar a todos los mutantes, incluidos los X-Men, sus aliados y sus enemigos, directos a la peor de las pesadillas. Días del pasado y del futuro contará con una adaptación cinematográfica para el próximo año, de la cuál ya hablaremos en su momento largo y tendido, porque pienso verla. De momento solo decir que, a pesar de los inevitables cambios, esta tomando una forma atractiva, y con suerte, veremos resurgir con fuerza la franquicia mutante, tras el ciasco que supuso X-Men 3
En cuanto a la segunda, la distopía de la Era de Apocalipsis, es una reflexión sobre como la existencia y los actos de un solo hombre pueden realmente cambiar el mundo entero. Y más si se trata de un hombre bueno, y de fe inquebrantable en su sueño de paz y convivencia como el mentor y fundador de los X-Men, el profesor Charles Xavier. Cuando un hijo de Xavier viaja al pasado, para asesinar a Magneto, el archienemigo de su padre, termina matando al profesor por accidente, ya que este intenta proteger al que, por entonces, era su gran amigo, antes de que cambiara y comenzara su rivalidad. Y como si fuera la versión oscura de ese eterno relato navideño llamado La vida es bella, borrar a Xavier, a un solo hombre, de la existencia, lo cambia todo. Sin el sueño de Xavier para inspirar a los X-Men y a otros mutantes, el malvado Apocalipsis toma el control. Solo Magneto recordará a su buen amigo, y tomará su lugar, convirtiendose en líder de la resistencia mutante, formada por muy diferentes versiones de los personajes ya queridos y conocidos. Una brillante vuelta de tuerca que, en 1995 y 1996 puso patas arriba el Universo Marvel.
WATCHMEN:
La obra maestra de Alan Moore es un perfecto ejemplo de distopía del "¿y si...?" ¿Y si en los años 30, la publicación de los primeros cómics de superhéroes de DC, con Superman y Batman como protagonistas, hubiese inspirado a ciertas personas a entrenarse, y a salir a la calle con disfraces, y bajo la identidad de vigilantes, a combatir el crimen? ¿Cómo habrían cambiado los actos de estas personas el curso de la historia? Según el cómic, mucho. La existencia de los vigilantes nos lleva a un 1986 (año de publicación de la historia, que finalizo en el 87) alternativo, en el que Estados Unidos ganó la guerra de Vietnam, (gracias a los masivos poderes del doctor Manhattan) y Richard Nixon por tanto contó con la popularidad suficiente como para convertirse en presidente de los Estados Unidos de forma permanente. Sin embargo, todo esto lleva, en última instancia, no solo a prohibir las actividades de los vigilantes ("Who watches de Watchmen?") sino también al borde de una guerra nuclear que podría aniquilar a la humanidad, y que supone un argumento contrarreloj para los protagonistas. La distopía esta muy presente en la obra de Alan Moore, como por ejemplo, en V de Vendetta, otra de sus historias más destacadas, y que debo reconocer que aún no conozco, pero que me muero por descubrir pronto en cómic y en película, con una gran actriz como Natalie Portman.
DISTOPÍA EN EL CINE: TERMINATOR Y MATRIX COMO GRANDES EJEMPLOS:
Sin duda el cine nos ha proporcionado innumerables ejemplos de grandes distopías, pero creo que escojo a estos dos como dos sagas destacadas en este campo. La saga Terminator arranca desde un futuro en el cuál máquinas y humanos mantienen una cruenta guerra, después de que una poderosa inteligencia artificial conocida como Skynet se rebelara. Una máquina, un temible robot de guerra, es enviado de vuelta a 1984, con la intención de impedir la existencia del futuro líder de la resistencia humana, John Connor, asesinando a su madre, Sarah. En una segunda parte, dos máquinas serían enviadas: la ya conocida, esta vez reprogramada para proteger a Sarah y a John, y otra con intención de matar a ambos. A partir de ahí, tercera parte con la colaboración de una rubia Terminatrix, relanzamiento con Terminator Salvation y la serie de las Crónicas de Sarah Connor, pero ya sin el éxito abrumador ni la calidad de las dos primeras partes. En Matrix, la humanidad esta sin saberlo esclavizada por las máquinas, que llevan un tiempo indefinido usándonos como energía, mientras creemos estar en el mundo real. Como el esclavo ascendido de la caverna platónica, Neo, tras ser despertado por Morfeo, se une a la resistencia, y además de encontrar el amor en su compañera Trinity, y de hacer frente a un formidable enemigo como el agente Smith, su lucha y su sacrficio final liberarán a la humanidad.
Dos grandes sagas que constituyen excelentes ejemplos de distopía, que nos hablan del espíritu humano de lucha, y que, con su temática de maquinas y tecnología, conectan con las advertencias que ya diera Wells en su día, además de dar juego para una estética cyberpunk, visualmente impactante para el cine y los videojuegos. Buenos ejemplos de lo que nos ocupa, aunque podríamos poner muchos más.
LOS JUEGOS DEL HAMBRE: UNA GRAN DISTOPÍA MODERNA:
No os dejéis engañar por su corte un poco más juvenil, ni por su final esperanzador y de reconstrucción. Aunque le veáis en las estanterías de literatura juvenil, la trilogía de Los Juegos del hambre constituye el ejemplo perfecto de una obra actual, moderna, con todos los elementos clásicos de la distopía. Tenemos una sociedad fuertemente totalitaria, con violencia, represión, hambre, pobreza y unas enormes diferencias entre los ricos hedonistas del Capitolio, y los pobres trabajadores de los Distritos de Panen. Y solo el espíritu de lucha de una joven, solo la llama de su rebelión logra inspirar de nuevo esperanza a la humanidad para salir de nuevo a la luz. Un futuro distópico, en el que no faltan males, alienación, manipulación, dolor y muerte, y una protagonista femenina decidida y fuerte son una mezcla estupenda que no solo ha logrado encandilar a muchos jóvenes, sino también a muchos adultos. Yo os la sigo recomendando sin duda. En cuanto a las adaptaciones al cine, la primera película de la saga cosechó gran éxito, y logró convencerme plenamente aún sin estar exenta de fallos, por supuesto. La segunda, que llegará a nuestros cines el próximo mes de noviembre, promete ser todavía mucho mejor, a juzgar por los trailers ya vistos. Con respecto al futuro de la saga, su último libro se dividirá. como ya es típico desde que lo hiciera Harry Potter, en dos partes, para dar más espacio a la narración, recortar menos del libro, y para mayor ganancia económica. Contará con la participación ya confirmada de una gran actriz como Julianne Moore, que interpretará a la presidenta Coin, y que se une a un gran elenco, liderado por una joven y talentosa protagonista como Jennifer Lawrence (la heroína de la historia, Katniss Everdeen) y a un veterano de oro como Donald Sutherland (nuestro villano, el presidente Snow)
Esto es todo por hoy. En la segunda parte del especial, nos centraremos a fondo en dos obras que, a mi juicio, y al de muchos más expertos que yo, son imprescindibles para entender el concepto de distopía, y que son, posiblemente junto con los conceptos de Wells, la base de la que parten todas las demás. Son, por supesto, 1984 de George Orwell, y Un mundo feliz, de Aldus Huxley. Ambas las analizaremos en profundidad en la próxima parte, y espero que os resulte interesante. ¡¡Nos vemos!!